En el mundo del comercio electrónico en general y en el de las tiendas dedicadas a la moda en particular, la inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en una parte importante del negocio. Son muchos los aspectos que toca, unos más visibles que otros. Algunos ocurren entre bambalinas, pero también hay otros relacionados con la experiencia de usuario, las operaciones logísticas y aspectos como las previsiones de ventas y la sostenibilidad, que resultan más tangibles.
Moda digital y sostenibilidad
Este concepto surgió con los primeros videojuegos y entornos 3D realistas, pero ha experimentado un gran crecimiento con la llegada del concepto del metaverso y los primeros mundos virtuales. Allí también hay que personalizar y diferenciar a los avatares –representaciones de quienes se adentran en esos universos– y, ya puestos, ¿por qué no hacerlo a la última «moda digital»?
Las tiendas de moda digital presentes en los diferentes metaversos van poco a poco convirtiéndose en lugares más completos, imaginativos y personalizados. Lugares como The Fabricant, donde se exponen diseños de creadores de todo el mundo, son tal vez uno de los mejores ejemplos.
Esta moda puede estar disponible en ediciones limitadas; es parte de las técnicas de creación de escasez y exclusividad propias del marketing. A veces son prendas creadas por artistas, otras por IAs de todo tipo. Muchas están disponibles en diversas plataformas de Realidad Aumentada (AR), de modo que los usuarios pueden comprar vestidos, trajes, sombreros u otros complementos y hacerse vídeos y fotos con ellos, para luego compartir con amigos y conocidos. Eso sí, un detalle de precaución: algunas de estas tiendas están vinculadas a criptodivisas y el proceso de compra puede no ser fácil, ni las garantías de «exclusividad» o de escasez de las ediciones limitadas pueden resultar en lo que parecen.
Probar sin tocar: la revolución de la volumetría
Utilizando la IA como una parte importante de la experiencia, la volumetría está cambiando la experiencia de compra en línea. Consiste en el proceso de «probar sin tocar», resumida en la identificación inteligente de tamaños y tallas para probarse una pieza de ropa o combinar complementos. En ocasiones es la persona quien va definiendo las medidas y tallas, en otras se puede hacer a partir de fotos. Un gran ejemplo es Wanna, que permite probar virtualmente zapatillas deportivas, relojes, bolsos y otras prendas.
Empresas como Virtusize llevan tiempo facilitando este proceso, proporcionando varias ventajas:
- Mejorar la experiencia de los usuarios.
- Reducir el número de devoluciones.
- Proponer recomendaciones personalizadas.
- Crear más fuentes de datos para análisis.
Sin duda, una de las que más se valora es la reducción del número de devoluciones, un problema constante para los comercios electrónicos de todo tipo. Al haber afinado con el tallaje por varios métodos y haber mostrado visualmente en fotos o vídeos el «cómo te va a quedar puesto», las cifras mejoran drásticamente.
Predicciones y tendencias
Con los datos procedentes de las pruebas y ventas, los algoritmos de la IA son capaces de predecir tendencias y apuntar a las posibles ventas futuras. Cuantos más datos relevantes se combinan, mejor. Hay quien añade a todos los datos que llegan al negocio desde la tienda online también los de las redes sociales, que es donde está el «movimiento» y la actualidad. Esto se puede hacer analizando imágenes con algoritmos de reconocimiento (tipo Google Lens) o #hashtags de texto en los sitios habituales donde la gente muestra la moda que ha comprado o está pensando comprar.
Las marcas pueden de este modo adelantarse a lo que los clientes van a desear, recibiendo pistas sobre todo aquello que va a estar de moda o ser actualidad, antes de que sean una tendencia popular. Teniendo en cuenta la importancia del factor «compra por impulso» en el e-commerce de hoy en día, es algo especialmente interesante. Mantenerse alineado con los gustos de los clientes también es, naturalmente, una forma de ampliar las ventas.
Nuevas formas de experimentar la moda
Con las últimas técnicas de generación de imágenes de la IA, los diseñadores pueden crear colecciones con un enorme número de variaciones, mostrarlas en desfiles de moda virtuales y «grabar» vídeos y otras piezas apropiadas para el consumo en redes sociales. Y todo ello de forma sostenible, sin tener que cortar una sola tela ni desplazar gente y materiales de un lugar a otro.
Las recomendaciones personalizadas pueden proporcionar experiencias más inmersivas, como las sesiones de estilismo en línea, probadores privados o incluso mundos virtuales completos donde lucir todos estos modelos. Todo esto son experiencias diferentes que han mejorado desde que la IA se ha popularizado, hasta el punto de que cualquiera con un poco de imaginación puede crear su propia moda virtual en casa y ponerla a circular para, cuando menos, llamar la atención.
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