Con permiso de la inteligencia artificial, el metaverso y el conjunto de las tecnologías que lo hacen posible es uno de los conceptos tecnológicos que más tinta digital han hecho correr en el último año. Desde que en el verano de 2021, Mark Zuckerberg se refirió a los planes de su empresa respecto al uso empresarial del metaverso, en una distendida conversación con Casey Newton en el pódcast especializado The Verge, el tema adquirió una nueva dimensión y se empezó a percibir como una realidad palpable.

¿Qué es el metaverso y por qué está de actualidad?

En realidad, el metaverso no es una idea nueva. El concepto existe al menos desde que fue acuñado en la ficción por el escritor Neal Stephenson, en la novela de ciencia-ficción, publicada en 1992, Snow Crash. Una definición canónica puede ser, por ejemplo, la que nos dan en la web del IEBS: “El metaverso es una realidad digital a la que accedemos a través de dispositivos especiales como gafas de realidad virtual o aumentada a través de las cuales podremos interactuar con otros usuarios usando un avatar”.

En diversas épocas de la historia reciente se ha pensado que su uso podría crecer de forma exponencial. Seguro que más de un lector recuerda el lanzamiento, el año 2003, de la comunidad virtual Second Life. Es, quizás, uno de los casos más interesantes de intento de creación de un mundo virtual con moneda propia y comercio de bienes virtuales que, por diversas circunstancias, se saldó con un sonoro fracaso. A día de hoy, sin embargo, la apuesta parece mucho más firme y las inversiones de grandes empresas en el metaverso se multiplican por doquier.

La gran duda que existe hoy en día es si se conseguirá un único metaverso, que conecte metaversos más pequeños, abierto y con interoperabilidad. O si, por el contrario, nos quedamos con pequeños metaversos independientes, algo equivalente al escenario actual de las redes sociales.

Logística y metaverso

Es probable que la primera idea que pase por la cabeza de un lector de este artículo sea que no puede haber relación alguna entre logística y metaverso, ya que no hay bienes físicos que transportar. Pero vamos a intentar demostrar que esta relación sí que existe, y que el metaverso, exactamente igual que tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data y el Machine Learning, tiene un papel que jugar en el ámbito de la logística.

Al hilo de esto es muy interesante al artículo de Ignacio García Vicente en El País, donde nos habla del concepto de logística ‘multidimensional’. Nos recuerda algunos ejemplos de videojuegos, como Fortnite o Roblox, que podríamos llamar protometaversos o metaversos rudimentarios, en los que se pueden realizar compras de objetos tanto virtuales como físicos, lo que supone que están surgiendo nuevos retos logísticos.

La logística tendrá que adaptarse, igual que en su momento se adaptó a las compras online. Y donde hay un reto hay también una oportunidad. En este caso no es una simple frase hecha. Habrá permeabilidad entre el mundo físico y el virtual. Se podrá adquirir un bien físico con una moneda virtual o comprar un bien virtual que tenga valor en el mundo físico, como una obra de arte certificada.

Aunque después nos vamos a extender un poco en el tema del ecommerce, los expertos en logística tienen claro que el metaverso va a afectar a todas las fases de la cadena de suministro. Agilización de procesos o reducción de costes son algunas de las ventajas que se obtendrán gracias al metaverso, que permitirá interconectar las diversas fases de la cadena de suministro. Independientemente del concepto de metaverso, una de las tecnologías que lo hacen posible, la realidad aumentada, puede tener una gran utilidad en la gestión y el mantenimiento de los almacenes.

Metaverso y el futuro del comercio electrónico

Son muchas las marcas que están desembarcando en el metaverso. Las razones pueden ser variadas, pero una está bastante clara: lanzar tiendas virtuales. Es el caso de marcas de primer nivel como Adidas, Gucci, o más recientemente Lacoste.

Al ser el metaverso un mundo virtual, las empresas presentes se van a enfocar en ofrecer a sus clientes experiencias similares a las que obtienen en las tiendas físicas, con las ventajas que tiene realizar una compra online. Experiencias como permitir que un avatar se pruebe la ropa antes de decidir una compra.

Hay muchas marcas, y nos dan varios ejemplos en America Retail, que están centrando sus primeros pasos en el metaverso en la venta de productos virtuales, como colecciones de ropa virtual para los avatares de los usuarios. Algo que en realidad llevan varios años haciendo algunos videojuegos inmersivos. Más allá de los beneficios que se puedan obtener realizando ventas online de este tipo, podemos considerarlo también una acción de marketing para dar a conocer los productos físicos.

Sin embargo, como nos cuentan desde la consultora McKinsey, las empresas están trabajando para formar parte del metaverso con tres clases de ventas:

  • De virtual a virtual: la citada venta de objetos virtuales en el metaverso.
  • De virtual a físico: sería, por ejemplo, hacer la compra de productos físicos en un supermercado virtual. Un producto o un servicio, como un viaje o una experiencia gastronómica.
  • De físico a virtual: comprar un producto físico en el “mundo real”, que desbloquee una experiencia virtual en el metaverso.

Desde asociaciones como Confianza Online, siempre comprometidas con la seguridad en Internet, nos recuerdan que cuando se realice algún tipo de compra en un entorno virtual, tendrá que estar sometida a la misma normativa que las compras online “normales”. Los compradores, por su parte, tendrán que ser conscientes de tomar precauciones similares a las que ya toman en cualquier compra realizada en un comercio electrónico.


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