La red está cambiándolo todo. La influencia del e-commerce es tal y su desarrollo está siendo tan rápido que hasta ese gesto tan tradicional de ir al supermercado, empujar el carrito por los pasillos, divagar comparando precios y cantidades para hacer cola en la línea de caja podría cambiar radicalmente.
El comercio electrónico está llamado a cambiarnos ese hábito: el futuro pasa por llenar la nevera a golpe de click.
Esa es una de las conclusiones del XVII encuentro de Alimentación y Bebidas realizado en la Escuela de Negocios IESE de Barcelona. Una conclusión a la que se llega, nuevamente, tomando como referente al Reino Unido (gigante europeo del e-commerce y donde la venta de alimentación a través de la red ya es un hecho consolidado). No es novedoso que son muchos los supermercados que ya cuentan con una tienda online en respuesta a la demanda (no hay más que echarle un vistazo a uno de los últimos estudios de Nielsen al respecto o plantearse que incluso el todopoderoso Amazon ha abierto su división de alimentación), que la logística ha sabido adecuarse a la necesidad de garantizar alimentos frescos y que la red nos permite tener acceso a alimentos que, de otra manera, no estarían a nuestro alcance. Es indudable negarle la importancia al sector de la alimentación dentro de la red. Pero, igualmente, es vital conocer sus tendencias.
Y es que, además de avanzar a paso de gigante y de haber logrado cautivar la fidelidad de sus compradores, la compra de alimentación a golpe de click evoluciona hacia la palma de la mano. Las aplicaciones móviles parecen haber comenzado a apuntar un nuevo camino (futurible y más que real) para vender alimentación. Un camino que, además, abriría una puerta única para la fidelización: conocer al cliente al dedillo gracias al perfil que cree en nuestra aplicación. Una manera única de poder dirigir al público adecuado ofertas de interés mediante, por ejemplo, newsletters adecuadas a sus necesidades.
Pero, además, estas aplicaciones permitirían reforzar el carácter multicanal del e-commece: podría permitirnos en un plazo corto de tiempo realizar la compra a través del smartphone, acogernos a ofertas del mismo supermercado en la web e, incluso para los románticos del sonido de los códigos de barras pasando por los lectores de la línea de caja, ir a recoger nuestra compra al propio establecimiento.
Fotos | David Alliet, Crecer feliz
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