En los últimos años las aplicaciones móviles han ido incorporando diferentes funcionalidades dependiendo de su fin. Pero una tendencia generalizada de todas ellas es la aparición de los llamados chatbots, una tendencia que dará qué hablar en este 2017.

Desde los primeros asistentes virtuales que ayudaban a los clientes con sus dudas en páginas webs, el uso de una herramienta que permite al usuario hacer preguntas escritas que son contestadas automáticamente se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Algunas han alcanzado cierta fama, como Irene, la asistente virtual de Renfe, que ha logrado superar las no siempre fáciles estructuras de la web de una compañía ferroviaria.

Hoy día los chatbots pueden emplearse para ayudarnos con asuntos que van desde los trámites burocráticos hasta hacer la compra online pasando por encontrar información de nuestro interés.

La tendencia general es a emplear no ya sólo el teclado, sino también la voz. Si cada vez es más habitual emplear notas de voz en las aplicaciones de mensajería instantánea, también lo es en los chatbots.

Las compañías comienzan a tener claro que son la interfaz del futuro, una interfaz que nos permita manejar mediante la voz toda clase de dispositivos de forma más natural, más similar a una conversación con otro ser humano.

Un ámbito en el que ya empiezan a ser relevantes es en el de la atención al cliente. Estudios como el de la compañía App Annie revelan que en 2020 sólo quedarán el 15% de los actuales centros.

Sin embargo, cabe señalar que los chatbots son, al fin y al cabo, robots con una serie de parámetros para responder a unas determinadas preguntas (aunque el abanico es cada vez más amplio), de forma que nunca terminarán de desempeñar las mismas tareas que un ser humano.

La conclusión es un punto medio en el que los chatbots terminarán por hacer una criba resolviendo aquellas dudas que requieran una menor complejidad en sus respuestas, y las más complejas pasarán a ser atendidas o resueltas por un ser humano.


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