Bicicleta Corridor

Una de las principales recomendaciones para para mantener el aire de las ciudades sano y libre de smog es utilizar transportes públicos y respetuosos con el medio ambiente. La bicicleta es uno de los favoritos, dado que solo no produce emisiones contaminantes sino que además resulta un saludable ejercicio para la salud. Pero un problema con el que se encuentran muchos aficionados es la incomodidad de las viviendas modernas en todo lo relativo al mundillo de la bicicleta.

Y es que la mayor parte de la gente de las ciudades de nuestro país vive en edificios con estrechas entradas, en los que hay que utilizar escaleras o ascensores y en los que una enorme bicicleta no es precisamente fácil de manejar – por no hablar del poco espacio que hay en los hogares para guardar uno o varios chismes tan grandes. Por eso este diseño de David Roman de la Academia de Diseño Eindhoven, aunque sea de momento como «idea conceptual» resulta interesante: una bicicleta llamada Corridor que pretende resolver el problema de transporte y espacio.

La bicicleta Corridor está pensada para solucionar los problemas de espacio y almacenaje de la misma Clic para tuitear

La Corridor es pequeña pero tiene la misma capacidad de movimientos que una bicicleta convencional – de hecho su altura es la misma, aunque de longitud es más corta. Es un diseño semi‑plegable, lo que quiere decir que se puede «aplanar» girando el manillar, mientras mantiene la rigidez del cuadro principal.

Bicicleta Corridor

Durante su uso diario la Corridor realiza todas las funciones habituales de una bici e incluso está concebida para transportar pequeños objetos como un par de bolsas en la parte delantera y trasera (con un adaptador especial que se coloca sobre el guardabarros). Incluso tiene una pata de cabra para dejarla aparcada en plan rápido sin problemas.

Cuando se llega al lugar de destino es fácil plegar el manillar; una pieza curva en el cuadro permite echarse la bicicleta al al hombro para subirla por la escalera o el ascensor. Y esa misma pieza del cuadro sirve para colgarla en una percha especial que puede instalarse en la pared, de modo que la bicicleta deja de ocupar espacio en los rincones: queda expuesta en cualquier muro o pasillo como si fuera un objeto de museo. No sabemos si la Corridor acabará produciéndose de forma industrial, pero su inventor lleva usando una versión-prototipo desde antes del verano y parece que de momento cumple bien con su función.


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