Se suele decir que la mejor forma de ir de A a B es recorriendo la distancia más corta. Pero en el mundo real esto no siempre es tan fácil: cuando se llega a un polígono industrial o un gigantesco complejo de naves que de los que solo se conoce una dirección postal, es a veces difícil saber cuál es el punto exacto de entrega. Este se considera uno de los grandes problemas de la famosa «última milla»: encontrar el lugar idóneo para poder aparcar, entregar en mano y continuar sin perder tiempo.

DPD Alemania y la división de furgonetas de Mercedes-Benz han probado una idea que emplea un sistema de geolocalización de direcciones llamado What3words que puede cambiar un poco esto y hacer el trabajo más fácil a los repartidores. What3words es una idea que surgió hace unos años que consiste básicamente en dividir la superficie del planeta en pequeñas «parcelas» de 3 metros por 3 metros. Esto supone unos 57 billones de pequeños cuadrados. A sus creadores se les ocurrió que sería más interesante usar 3 palabras fáciles de recordar que largos números con decimales, como los de las coordenadas de latitud/longitud.

De este modo, con un diccionario de unas 40.000 palabras combinadas se pueden referenciar 40.000 × 40.000 × 40.000 = 64 billones de estas parcelas, más que suficiente. Así, por ejemplo, Mesas-Duda-Subcutánea corresponde a los 3×3 metros en que está la placa del Km. 0 de la Puerta del Sol de Madrid y en Derecho-Acorde-Almohada está la Fuente de Canaletas de Barcelona. Basta mirar un mapa-callejero de su web con fotos de satélite para saber cuál es el cuadrado que corresponde al punto donde queremos enviar o que nos envíen un paquete. Y esas palabras a modo de código ya no cambian nunca.


En las pruebas, dos repartidores de DPD utilizaron furgonetas Mercedes-Benz: una con un navegador tradicional de direcciones postales, otra con el sistema what3words y el mismo navegador del coche. Al marcar la direcciones (50 entregas en total, la mitad a empresas, la mitad a particulares) el sistema calculó las rutas, pero en uno de los vehículos en vez de la dirección postal se usaba el punto de entrega idóneo what3words. Ese punto lo habían elegido los destinatarios teniendo en cuenta en qué bloque y letra debía entregarse el paquete, dónde era más fácil aparcar o por qué entrada había que acceder a una nave industrial del tamaño de una gigantesca manzana completa para llegar a la zona de carga/descarga.

DPD_Test_AB_2Para el repartidor equipado con el nuevo sistema todo fue más fácil y rápido: no más «Polígono industrial s/n», interminables bloques y escaleras o tener que ir preguntando cómo llegar y caminar largas distancias. Quienes recibían los paquetes sabían cuál era su lugar óptimo de entrega; también dónde se podía dejar el vehículo y recorrer una distancia mínima a pie.

Para que la prueba fuera justa, ninguno de los conductores estaban familiarizado con los lugares de entrega, de modo que partían en igualdad de condiciones. Al comprobar la diferencia de tiempos se observó un 15% en el tiempo total al usar what3words. De ese ahorro –más de una hora en una jornada típica de 8 horas– el 80% se correspondía a tiempo circulando en coche y un 20% al recorrido más breve a pie para entregar físicamente el paquete.


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