En un mundo online en el que, cada vez más, hay estafas y peligros, los negocios que llevan a cabo lo que se conoce como «buenas prácticas» tienen todas las de ganar. Los consumidores están cada vez más concienciados y saben que, a la hora de fiarse de una tienda en la que quieren comprar, más vale que el sitio sea seguro, que haya una empresa fiable detrás y que la experiencia de compra sea razonablemente buena. Los sellos de confianza online son una acreditación que refleja todas estas buenas prácticas en las tiendas online.

Sellos de confianza a todos los niveles

Al entrar en las tiendas físicas, nos generan confianza los sellos de tipos de pago aceptados, las certificaciones AENOR o los sellos de denominación de origen regionales. Esto mismo sucede con las tiendas online: sellos como estos, y otros, específicos de internet, aumentan la visibilidad y calidad de la tienda respecto a otras.

Algunos de los detalles a los que estos sellos hacen referencia pueden ser:

  • Seguridad técnica del sitio web (es quien dice ser).
  • Identificación de la empresa / sociedad que hay tras la tienda.
  • Protección de los datos personales y su tratamiento.
  • Formas de pago aceptadas.
  • Legalidad de los productos a la venta.
  • Información fiable (por ejemplo, no hay reseñas falsas).
  • Claridad en cuanto a precios, gastos de envío y seguimiento de pedidos.

Añadir estos sellos es una solución sencilla y razonable para cualquier negocio que utilice las buenas prácticas. Algunos de los más renombrados requieren un contrato con la entidad certificadora, que no suele ser especialmente complejo ni caro, sobre todo si se hacen bien las cosas. Estos «sellos de confianza oficiales» ayudan a mejorar el tráfico, las conversiones y las ventas de todo tipo de productos.

En cuanto a los precios de los sellos de confianza, varían según el volumen de facturación de las tiendas. Algunos requieren de un primer pago único (de alrededor de 100 euros) por el que ofrecen los servicios básicos y otros varían a partir de 40 euros mensuales según la facturación (por ejemplo, hasta 400 euros al mes para menos de 1 millón de euros). Antes de solicitarlos hay que aportar toda la documentación que solicitan, a modo de pequeña auditoría.

Informes, evaluaciones y sellos en España

Las entidades que certifican los sellos de confianzas suelen realizar un proceso de adhesión en el que se evalúan muchos de los aspectos antes mencionados antes de otorgar los logotipos que vemos en muchas webs. Esto se puede adelantar durante el arranque del negocio de modo que, al abrirlo, ya esté listo para superar la última fase.

Algunos de los sellos de confianza online más habituales en España son:

  • Sello Confianza Online, relacionado con asociaciones publicitarias como Autocontrol y ADigital, está relacionado principalmente con la protección de datos, menores y publicidad digital.
  • Sello de Calidad de Trusted Shops, uno de los más conocidos, cubre prácticamente todas las partes de los procesos de e-commerce, desde la privacidad a la seguridad, garantías de información, métodos de pago, envíos e incluso incluye un seguro para compradores.
  • Certificación de comercio electrónico AENOR, que permite usar el Certificado AENOR de Buenas Prácticas de Comercio Electrónico y la licencia de uso de Buenas Prácticas de Comercio Electrónico de AENOR.
  • Certificación iCERT, que está relacionada con la certificación de las opiniones de clientes acerca de las tiendas, las ventas y productos

Ojo: no es oro todo lo que reluce

Aunque todo lo relacionado con los sellos de confianza permite a los compradores separar de forma rápida el grano de la paja (un sitio que no tenga el sello puede considerarse menos fiable), estos sellos no son una panacea. Quienes buscan engañar no tienen reparos a la hora de copiar y usar los sellos de confianza del mismo modo que crean pasarelas de pago falsas o productos piratas. Así que ver un sello no es una garantía al cien por cien de que ese sitio sea fiable.

Los medios de comunicación publican un día sí y otro también sobre todo tipo de fraudes y estafas online en la que el aspecto de las webs juega papeles más o menos importantes. Los problemas van desde los pagos a través de PayPal hasta los enlaces maliciosos o las tiendas falsas que surgen como setas para la venta de productos falsos o procedentes de dropshipping.

Las webs con «candadito» (el símbolo que aparece junto a la dirección) han sido tradicionalmente consideradas seguras; hoy en día solo garantizan que el tráfico está encriptado pero no la identidad de quienes están al otro lado. Además de eso, los usuarios harían bien en desconfiar de todo tipo de regalos, sorteos y mensajes que se reciban a través de SMS o WhatsApp, porque es fácil enviar direcciones que parecen reales pero no lo son.

Como todo en la vida, es cuestión de combinar el sentido común sobre dónde y cómo se está comprando con el aspecto y los sellos de calidad que veamos al pie de página de los sitios que visitamos. Unos cuantos clics pueden sacarnos de dudas. ¿Están los datos actualizados? ¿Hay un teléfono al que llamar? ¿Utiliza las pasarelas de pago más conocidas? Cuantos más datos haya, mayor sea su reputación y mejor conozcamos la tienda por haber realizado allí compras en el pasado, mejor que mejor.


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