Aunque los números varían un poco según las fuentes, se manejan datos acerca de que solo entre el 25 y el 35 por ciento de quienes fundan startups son mujeres. Aunque esto está cambiando poco a poco, todavía queda mucho por recorrer hasta que se logre una plena igualdad de género también en el mundo de las startups tecnológicas, algo que suele asociarse con el término STEM, las iniciales en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, básicamente las áreas del conocimiento que más tocan la ciencia y la ingeniería.

El último dato acerca del papel de la mujer en las empresas de nueva creación tecnológicas en concreto es de solo el 17 por ciento, inferior incluso al de otros sectores. Se calcula que globalmente y entre todos los sectores el ratio es de un 60% hombres / 40% de mujeres, pero los tipos de proyectos e iniciativas son muy distintas: las relacionadas con ingenierías técnicas e «innovación» están más asociadas con los hombres, mientras que las mujeres trabajan más en crear negocios relacionados con la educación, la moda o el mundo de la infancia – sectores más tradicionales y de tipo «consolidados».

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Las causas de esta desigualdad son variadas y se han estudiado extensamente. Según un informe de la Unesco, resulta llamativo que las niñas y jóvenes que estudian materias STEM obtengan mejores calificaciones cuando las materias las imparten profesoras, probablemente por el rol y la influencia del modelo femenino. Sin embargo, en muy pocos países hay proporciones significativas de profesoras en estas materias, pues la mayoría son hombres – lo cual tiende a provocar escasez y desinterés entre las mujeres por esos temas. Las startups tecnológicas se beneficiarían de que se promovieran las carreras de ciencia y tecnología entre las estudiantes.

Otro dato interesante es que aunque hay menos mujeres en el papel de CEO (directoras ejecutivas) sus startups tienden a ser más exitosas y a fracasar menos que las de los hombres. Lo que sucede es que el dato es porcentual, y no total, lo que produce la sensación a nivel mediático de que los más exitosos con sus proyectos son los hombres.

En su libro Broad Band: The Untold Story of the Woman Who Made the Internet, Claire Evans repasa el papel un tanto desconocido de muchas mujeres de la era digital. Esto incluye programadoras como Grace Hopper, las «mujeres computadoras» de la NASA (más conocidas ahora por la película Figuras ocultas), las creadoras de redes en la era pre-Internet, así como su papel en las comunidades virtuales, los avances en el hipertexto o el gaming. El libro muestra que no todo Internet surgió de «unos tipos con barba en garajes de Silicon Valley», puesto que esos perfiles femeninos fueron bastante diferentes, procedentes desde el ejército a la NASA o las universidades.

Rosalía Lloret, periodista y experta digital, acostumbrada a ver de cerca nuevos proyectos y empresas recién creadas batirse contra otras ya establecidas, menciona el problema del techo de cristal: «a partir de determinados puestos deja de haber mujeres, incluso en áreas donde son mayoría, como periodismo.» Asegura que «esto mismo lo he experimentado personalmente de forma más acusada en países de nuestro entorno como Francia e Italia aunque por suerte España se encontraría más o menos al nivel de Inglaterra o Alemania. Tan solo en los países nórdicos esta igualdad de género en el entorno digital me ha parecido más patente.»

Esto provoca un círculo vicioso: las startups suelen requerir la experiencia de haber dirigido una empresa, pero como en las empresas importantes hay menos directivas que directivos, no pueden adquirir esa experiencia de gestión… Por lo que seguirán teniendo menos experiencia que los directivos y por extensión tenderán a embarcarse en menos emprendimientos en el futuro.

En España Womenalia, la red de networking para mujeres emprendedoras, es probablemente una de las mejores representantes de ese impulso para aumentar la presencia de mujeres en puestos directivos – y por añadidura como fundadoras de startups. Junto con Universia, Santander, Accenture y Oracle formaron Women at Technology, un observatorio sobre temas muy relacionados, donde pueden encontrarse historias desde cómo inspirar a las más jóvenes para el futuro hasta el papel de las mujeres en el sector de los videojuegos.

También en la actualidad es una mujer, Carmen Bermejo, quien preside la Asociación de Startups Española. Su objetivo: usar la mentalidad de Silicon Valley para animar a cualquier persona a emprender en España. Quizá sea una señal de lo que está por venir.

{Foto: Women in Tech (CC) WOCinTech @ Flickr}


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