En un mundo ideal comprar y vender debería ser tan fácil como ofertar los productos o solicitarlos y recibirlos en un envío tras haber realizado un pago. En la realidad las cosas son más complicadas y como es bien sabido en el sector de la alimentación más todavía: diversos intermediarios hacen que los precios se vayan incrementando a medida que pasan de unas manos a otras. Si pensamos en operaciones a nivel internacional, la cosa se complica más todavía y es precisamente donde el papel de empresas externas con experiencia cobra importancia: permisos, aduanas, cadena del frío, garantías de calidad y un sinfín de detalles más a tener en cuenta. Un buen ejemplo sería el asosoramiento sobre el Brexit que lleva tiempo en funcionamiento para quienes tienen que realizar envíos entre Europa y el Reino Unido.

Claire_1Para intentar simplificar toda esta cadena en el sector de la alimentación una startup llamada Claire comenzó a operar en pruebas beta a principios de este año con un marketplace B2B de productos de alimentación, tanto a nivel nacional como internacional. Aunque es muy flexible inicialmente está pensado para que contacten empresas productoras (agrícolas, ganaderas, vitivinícolas…) y empresas consumidoras (restaurantes, hoteles, supermercados…) así como otras que también participan en este negocio. Quienes quieren vender garbanzos, huevos de gallinas criadas en libertad o productos ecológicos pueden contactar directamente con restaurantes, tiendas gourmet o tiendas de barrio.

Algunas de las soluciones que plantea Claire para quienes venden productos son tan simples y a la vez necesarias como la correcta digitalización de los catálogos de productos. También se incluye la internacionalización de las operaciones y otros más avanzados tienen que ver con la fiabilidad de los usuarios (validando quién son quienes compran, quienes venden, las homologaciones, certificados, etcétera) y el uso de la inteligencia artificial en diversas fases.

Claire nació originalmente como una solución B2B (business-to-business), pensando en mayoristas que buscaban optimizar sus operaciones. Quienes trabajan con productos procedentes de la pesca, la granja o los viñedos no tienen por qué meterse en las complicaciones y costes de crear una tienda online. Básicamente necesitan definir su perfil como productores y adjuntar sus certificaciones; el sistema puede generar el catálogo y ofrecerlo en la plataforma. Esto equivale a crear una tienda personalizada con sus versiones web y app, pero también ofrecer la información en otros formatos apropiados para una plataforma de compraventa automática. Quien esté buscando productos de ese tipo desde cualquier lugar del mundo puede localizarlos fácilmente, hacerlo con fiabilidad y plantear las transacciones.

Claire_2La inteligencia artificial (IA) entra en diversas partes del negocio: por una parte puede generar recomendaciones de productos basándose en los perfiles de los compradores y sus transacciones anteriores. Cada transacción en la plataforma genera nuevos datos que puede aprovechar el conjunto de compradores en el futuro. También permite un ajuste de precios de mercado, al tener en cuenta los precios históricos, los vaivenes de diversas épocas del año o nuevas tendencias, para que quienes compran y venden puedan acordar y ajustar precios más fácilmente.

Cuanto más información se introduce en el sistema, mejores pueden ser los resultados. Por ejemplo si compradores o vendedores tienen centros de operaciones repartidos en diversas instalaciones de uno o varios países, los vendedores pueden descubrir las cantidades óptimas a enviar a cada uno de sus puntos logísticos para su posterior venta y los compradores cuánto stock deben almacenar teniendo en cuenta lo que suelen tener disponible cerca. Esta optimización en los envíos y el almacenamiento tiene también en cuenta los datos históricos de compraventa a lo largo del año y todos los eventos especiales, como temporadas, fechas señaladas, vacaciones y demás.

Otro punto en el que el sistema de IA resulta especialmente interesante es en la detección de anomalías, especialmente en las relacionadas con los fraudes o transacciones sospechosas. Esto es algo que no todo el mundo es capaz de ver pero que para los algoritmos resulta relativamente fácil de detectar. ¿Qué se sale de lo común? ¿Se corresponden con otros patrones de fraude conocidos? ¿Hay inconsistencias en los precios o los datos de las transacciones? Evitar estos problemas y garantizar la fiabilidad de las transacciones permite reducir y evitar pérdidas que de otro modo pueden hacer fracasar un negocio.

Aunque todos estos aspectos se suelen tener en cuenta en cualquier negocio, lo importante es que muchas pymes y empresas de mediano tamaño no cuentan a veces con suficientes medios, pero sí que pueden aprovechar la experiencia de varias décadas operando en mercados de alimentación que se ha volcado en esta plataforma. El sistema es además lo suficientemente flexible como para por ejemplo adaptarse a situaciones nuevas como ha sido el caso de la pandemia del coronavirus, haciendo que los negocios mayoristas pudieran vender directamente a clientes finales u operar con los excedentes de producción, algo que normalmente no sería necesario pero que hoy en día también ayuda.


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