Recientemente os hemos hablado de las claves más importantes que nos desvela el Eshopper Barometer en su edición de 2020, un informe que ha analizado los hábitos de compra online en Europa en un año obviamente marcado por el devenir de la pandemia. A estas alturas no creemos que a nadie le sorprenda saber que el consumidor de comercio electrónico europeo presenta una conciencia ecológica cada vez mayor, y demanda que las empresas sean respetuosas con el medio ambiente. En concreto, un 70% de los eshoppers europeos piensan que las marcas y las empresas deben asumir su responsabilidad medioambiental.

Sostenibilidad y ecommerce

A lo largo del último año, desde que comenzó la crisis del COVID-19, hemos hablado en muchas ocasiones de su impacto en el ecommerce español y mundial. Resulta complicado intentar hacer el ejercicio de separar los efectos que pueden ser coyunturales, fruto de la situación y que podrían revertirse en parte, de la tendencia que ya existía de crecimiento y consolidación del sector del comercio electrónico. Pero no cabe duda de que todo lo acaecido ha supuesto una aceleración en la digitalización de las empresas y el salto a la venta online de los más reticentes. Ya ha pasado casi un año, pero en el confinamiento estricto que todos vivimos, salvo en productos de primera necesidad, el ecommerce fue el único canal de venta de muchos negocios.

Según un informe de eMarketer, publicado en diciembre del año pasado, el crecimiento de las ventas de comercio electrónico en España durante el año 2020 fue del 36%; el tercer mercado que más rápido creció. El promedio de crecimiento mundial fue un nada desdeñable 27,6%, destacando por encima de la media el aumento en América Latina. Este crecimiento acarrea el mismo peaje que cualquier otro incremento de actividad: una mayor huella ecológica y un mayor impacto en el medioambiente. Por suerte las empresas están concienciadas de su responsabilidad y, como hemos visto, los clientes exigen cada vez más, entre otros aspectos de responsabilidad social, que se minimicen los impactos sobre el medioambiente.

En este blog puedes encontrar muchos ejemplos de lo que están haciendo empresas de paquetería como SEUR para avanzar hacia la neutralidad de carbono: desde el uso de vehículos ecológicos hasta la puesta en marcha de estrategias de reparto urbano inteligente, pasando por la creación de nuevos puntos flexibles de recogida de los pedidos, como lockers y tiendas de conveniencia. Sobre el packaging, los envases y embalajes, hemos hablado en diversas ocasiones, pero nos faltaba explorar las nuevas tendencias que surgen motivadas por la necesidad de ser más sostenibles.

Packaging, sostenibilidad e innovación

Dentro de las tendencias sobre packaging sostenible destaca, en primer lugar, la elección de los materiales usados. Obviamente ha de primar que sean reutilizables o completamente reciclables. Así, en el ámbito de la alimentación se apuesta por el film 100% biodegradable, por el material compostable y por envases flexibles a medida. Con este tipo de envases, además de una notable reducción del material usado y de hacer una apuesta por la economía circular (los materiales no se desechan, sino que se aprovechan una y otra vez), se reducen los costes de transporte, ya que los productos pesan menos, y de almacenamiento.

Recientemente, hablando precisamente de economía circular, recogíamos las palabras de Verónica Kuchinow acerca del diseño y materiales empleados en los envoltorios y embalajes de los pedidos. Algunos de los problemas que detectan los consumidores son las cintas adhesivas, materiales mezclados y embalajes en ocasiones excesivos. Kuchinow nos recuerda también soluciones que se están empezando a usar, como los embalajes a medida que prescinden de elementos citados como las cintas adhesivas, y apuesta también por los materiales reciclados y reciclables y por el rediseño de embalajes primarios y secundarios.

En cualquier reflexión sobre tendencias en packaging que revisemos vemos que la guerra contra el plástico es una constante, sustituyéndolo principalmente por cartón y papel, pero también por materiales alternativos como el aluminio y el vidrio. Otra opción de futuro es que los envases o embalajes puedan usarse más de una vez; aunque esta idea requiere la puesta en marcha de estrategias de logística inversa para recuperar el envase, o bien que sea el propio comprador el que le pueda dar otro uso después.

La responsabilidad empresarial y la conciencia ecológica debería ser suficiente estímulo, por no hablar del deseo de los consumidores, pero conviene recordar también que existe una directiva europea sobre residuos que fija que “en cuanto a los envases, en 2025 el 65 % de los residuos de envases tendrán que ser reciclados, y el 70 % en 2030”. La conclusión a estas líneas ya la apuntábamos en el titular: el futuro del packaging en el ecommerce pasa por la sostenibilidad. No puede ser de otra manera.


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