Facebook anunció recientemente la llegada de Libra, su primer paso en el terreno de las finanzas globales y las criptodivisas de una forma un tanto… peculiar. Anunciada como «una moneda sencilla y global, y una infraestructura financiera que empodere a miles de millones de personas» la descripción combina ideas técnicas, organizativas y de objetivos. Pero también hay muchas cosas que no se describen y que son relevantes para las pymes, tiendas de ecommerce y los usuarios en general, como ya se ha ido descubriendo al poco de anunciarse.

Por un lado Libra pretende servir como criptodivisa, con algunas de las características típicas deseables (seguridad, código abierto, uso de blockchain, rapidez). Por otro pretende contar con estabilidad y el respaldo de una reserva (una especie de «banco central» llamado La Asociación Libra, situada convenientemente en Suiza) y de organizaciones de prestigio, los llamados miembros fundadores. Incluyendo naturalmente Facebook, su principal promotor y valedor.

Libra_partners

Una nueva «moneda» para unirlos a todos

Además de esto, Libra se vende como «sencilla, inclusiva y global». Se dice que será especialmente útil para los países en vías de desarrollo, en los que hay monedas inestables y limitados recursos técnicos y de conexión. También ayudaría a resolver el problema de los 1.700 millones de personas en el planeta sin ningún tipo de «contrato bancario», dependiendo del dinero en efectivo o las lentas transferencias.

El revuelo que ha montado Libra antes de existir ha sido monumental. Hay políticos y organizaciones pidiendo su retirada, se critica que no haya nada visible sino solo fotos, frases y algo de código rudimentario al que pueden acceder los desarrolladores y que hasta 2020 no llegue el lanzamiento «de verdad». Sin embargo para anunciarla han usado todos los conceptos, términos técnicos de moda e ideas que están en el aire como «lo más moderno y actual». Los menos creen que es puro humo; los que lo ven como una amenaza seria a lo establecido piden que se defina mejor cómo será y operará antes de obtener el visto bueno de las autoridades.

¿Cómo funciona Libra?

Técnicamente Libra funciona como una especie de banco central alternativo: quienes quieran comprar Libra(s) –dudoso gusto al elegir el nombre, por cierto– irán a una casa de cambio autorizada y canjearán euros, dólares o moneda local por Libra(s). La entidad central generará la criptodivisa y la enviará a una cartera digital. Entonces se podrá transferir para pagar con ella, siendo el valor equivalente «estable», con respaldo de «dinero tradicional» y no propenso a la especulación, al menos en teoría. Cuando luego se quiera canjear de nuevo se enviarán al mismo tipo de entidad, que destruirá las Libra(s) y entregará euros o dólares. A diferencia de Bitcoin, los usuarios no podrán generar Libra(s) por su cuenta, solo el «banco central» podrá hacerlo y de forma coordinada/consensuada. Todo esto con las ventajas y desventajas que esto supone.

La clave del asunto es que a diferencia de Bitcoin u otras criptodivisas Libra estará regulada por la Asociación Libra, así que será igual de fiable que lo son las empresas que la controlan, con sede en Suiza. Naturalmente ya hay gente haciendo chistes acerca de esa «fiabilidad» a raíz de los graves problemas de privacidad que Facebook ha tenido en los últimos años. Libra también incluye un lenguaje llamado Move que permitirá crear «contratos inteligentes» para facilitar las transacciones más complejas.

Calibra
Otra cuestión es quién manejará toda esa información –altamente «golosa»– acerca de millones de transacciones y pagos por todas partes del mundo. En teoría habrá diferentes aplicaciones y «carteras digitales». Pero Facebook ya ha anunciado Calibra, su plataforma para gestionar transacciones y carteras digitales, que además se integrará en WhatsApp y obviamente también en el propio Facebook, Instagram y otras aplicaciones de su grupo. Siendo el propietario de WhatsApp, Instagram y Facebook y con 2.400 millones de usuarios mundiales, ¿quién necesita más? Todo el que tenga un móvil podrá utilizar Calibra y Libra y comprar, vender y pagar fácilmente, quizá incluso para conseguir microcréditos y hacer otro tipo de «contratos». Al menos esa es la teoría.

Para las tiendas de ecommerce y pymes esto abre interesantes posibilidades, aunque no es una solución mágica; más bien se parece a cualquier variante de pagos mediante fórmulas ya conocidas como pueden ser Paypal, Apple Pay, Alipay y similares: sistemas de pago instantáneo respaldados por una empresa (o grupo de empresas) perfectamente controlados y estabilizados, por los que probablemente se cobre una comisión que solo resta por saber cuánto será.

Quien tenga una tienda electrónica y quiera integrar Libra –lo cual probablemente será como añadir otra forma de pago a las opciones en el proceso de compra– tan solo tendrá que desarrollar la pasarela con Libra / Calibra y disfrutar de más posibles clientes que no tendrán que preocuparse por tipos de cambio, la fluctuación de las divisas o si la pasarela de transacciones se ha caído, porque se supone que será rápida, eficiente y fiable. Todavía no se ha explicado cómo Libra plantea solucionar otros problemas típicos del ecommerce, como son diversos tipos de fraude o los repudios de transacciones (devoluciones, etcétera) pero de aquí a 2020 todavía queda mucho tiempo para ello.


Tags: