Algo tan técnico como medir la concentración de partículas contaminantes en el aire de una ciudad se diría que es algo reciente, casi una preocupación de los tiempos modernos. Pero lo cierto es que la vigilancia de la calidad del aire de ciudades como Madrid se remonta a 1968, hace más de 50 años, tal y como se cuenta en el Portal web de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid.

Programa de Medición de la Calidad del Aire

¿Cómo y por qué nace este programa? SEUR y DPDgroup están en una posición única para ayudar y tener un impacto positivo en las ciudades y ciudadanos, de ahí la implementación de medidas innovadoras que permitiesen ir más allá en términos de sostenibilidad y minimizar la contaminación atmosférica, particularmente en las zonas urbanas donde el reto es mayor. Así nace la iniciativa de medición de la calidad del aire que proporciona información real a los clientes y destinatarios de SEUR, con el fin de reducir el impacto medioambiental y actuar por el bienestar de las ciudades. Algunas puntos clave que caracterizan este programa son:

  • Sensores láser Pollutrack que recogen información cada 12 segundos
  • Instalados en vehículos, hubs urbanos y tiendas de la red Pickup
  • Envío a través de telefonía móvil a la red de control
  • Medición de las partículas de tipo PM2,5, las más nocivas

El proyecto comenzó en Lisboa, París y Madrid, a las que siguieron Londres y Rotterdam. La última ciudad en incorporarse ha sido Hamburgo (Alemania) con más de 100 sensores móviles y 20 estaciones fijas. El plan de DPDgroup es llegar a 20 ciudades a finales de este año.

¿Cómo ha evolucionado la medición de la calidad del aire de ciudades como Madrid desde sus orígenes?

Desde que se comenzó a medir la calidad del aire en Madrid, allá por 1968, se empezaron a definir ciertos estándares para medir la calidad del aire, algo que no se había considerado necesario hasta entonces. Sí estaba claro que la disminución del tráfico limpiaba la atmósfera, como hemos podido comprobar de forma radical durante los confinamientos a nivel general del año pasado y como bien conocen todas las empresas que cuentan con grandes flotas de vehículos.

Ya en los años 70 existía una red manual de captación de muestras. Eran unas pocas estaciones de uso meteorológico y los técnicos tenían que recoger los filtros manualmente a diario y llevarlos a un laboratorio para analizar. En el año 1972 se aprobó la llamada Ley de Protección del Medio Ambiente Atmosférico y el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha en 1978 la Red Automática para el Control y Vigilancia de la Contaminación Atmosférica, consistente en 16 estaciones remotas que se conectaban con un Centro de Control de forma jerárquica. Eran pocas estaciones y los sensores todavía eran muy básicos, pero al menos podían medir distintos productos contaminantes y recabar la información automáticamente a través de la red telefónica.

En el año 2009 el sistema de Madrid y otras ciudades se adaptó a la Directiva Europea 2008/50/CE. Eso situó las estaciones y los diferentes tipos de sensores para distintos tipos de partículas en suspensión a los niveles de los estándares europeos, unificando la tipología y los parámetros. Esto ha de hacerse cada pocos años no sólo para unificar criterios a nivel europeo, sino también porque el crecimiento de la población hace que sean necesarias nuevas instalaciones debido a los movimientos poblacionales.

Sin duda, lo que podemos sacar en claro es que, gracias al desarrollo de este tipo de programas se contribuye en la toma de decisiones y la mejora de los problemas de calidad del aire en las ciudades.


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