Existen muchas formas de financiar una startup. Dependiendo del tamaño del proyecto y de si se está planteando como una aventura «a ver qué sale» o como un proyecto destinado a convertirse en el próximo «Uber de X» (la empresa dominante en un sector muy concreto) las posibilidades van desde los préstamos bancarios personales a los préstamos oficiales/especiales, la financiación colectiva o simplemente «echarle horas hasta que lleguen los ingresos». Pero cuando se habla del proceso tradicional de financiación de una startup que aspira a ser una empresa viable, con beneficios y un «jugador relevante» en algún sector estamos hablando de que inevitablemente pasará por un proceso bastante similar al de otras startups y esas fases están bien definidas y relacionadas con quienes participan en cada una de ellas:

La financiacion de las startups (CC) Alvy @ MicrosiervosPor un lado están las personas más involucradas con el proyecto:

  • Los fundadores y cofundadores – Quienes tienen la idea para el proyecto se convierten en los primeros socios de la empresa: la fase de arranque comienza con el dinero y el tiempo de los propios socios (bootstrapping). Son quienes se repartirán accionarialmente la sociedad (normalmente, una S.L.) y quienes tendrán que ir diluyéndose en sucesivas ampliaciones de capital, normalmente manteniendo el control. El reparto inicial puede hacerse a partes iguales o no tan iguales, dependiendo del papel de cada persona, lo que se aporte o simplemente lo que se acuerde. Es importante fijarlo en un pacto de socios y en los propios estatutos de la sociedad, que en cualquier caso tiene mayor peso.
  • Empleados clave – Los empleados se incorporan en diferentes momentos. Pueden cobrar su sueldo o, a veces, renunciar a una parte a cambio de acciones (equity). Una situación típica es trabajando gratis durante X meses hasta lanzar un proyecto (o con un sueldo reducido) pero a cambio de acciones u opciones. Los empleados que se incorporan más tarde suelen participar en un plan retributivo de opciones sobre acciones (stock options) que normalmente se puede ejecutar a lo largo de varios años. Estos planes suelen ir sujetos a la permanencia en la empresa y su valor puede ser muy volátil, por ejemplo dependiendo de si se alcanza el objetivo de que la empresa salga a bolsa o no (o del precio de compra o strike marcado para las acciones, si la empresa ya cotiza en bolsa).

Por otro están diferentes actores que pueden participar a lo largo del tiempo; normalmente:

  • Amigos y familia – Los friends and family suelen aparecer al principio del proceso; son literalmente familiares y amigos de los fundadores que confían en ellos lo suficiente como para prestarles dinero en una modalidad que es poco más que «a fondo perdido». Si la cosa funciona, puede que lo recuperen (e incluso lo vean incrementado) pero si fracasa, se irá al pozo. Por eso es mejor que sean de mucha confianza. Cada uno de estos inversores suele invertir unos pocos miles o decenas de miles de euros (a cambio de un pequeño porcentaje de la empresa); suelen ser decenas y lo importante es la cifra total. En el argot a veces se les conoce como Friends, Family and Fools (amigos, familiares y tontos) por el riesgo que supone este tipo de inversiones.
  • Inversores ángeles – Son inversores con mucho dinero que invierten cantidades ya significativas en base a su confianza en los fundadores, la idea, el plan o razones estratégicas, sin exigir demasiadas explicaciones. Suelen tener inversiones en varias empresas –a veces decenas de ellas a la vez– e invierten uno o varios millones cada año en todas ellas.
  • Inversores riesgo – Son los inversores tradicionales, que aportarán entre medio millón y varios millones pero solo a cambio de algo tangible, un plan de negocio en condiciones y unas buenas perspectivas. Son profesionales, exigentes y suelen exigir supervisar el progreso periódicamente, además de algún puesto en el consejo de administración.
  • Bancos – Los bancos solo entran en la última fase, cuando la empresa ya está funcionando a buen ritmo y mostrando resultados y pueden aportar su dinero en busca de una eventual salida a bolsa, venta o por alguna razón estratégica (como que el negocio esté relacionado con sus áreas de interés). Invierten millones pero sólo una vez que se ha demostrado una trayectoria, y sabiendo además en qué se van a invertir y a cambio de puestos en el consejo.
  • Bolsa – Cuando la empresa sale a bolsa consigue financiación a través de la Oferta Pública de Venta y a partir de entonces depende de sí misma y de los vaivenes del mercado.

En ocasiones estas fases de financiación se denominan Series A, B y C, y se corresponden por orden a las anteriormente descritas:

  • La fase A sería la inicial, desde la fundación hasta los inversores ángeles o de riesgo, hasta 3 o 5 millones.
  • La fase B es la fase de desarrollo (riesgo + bancos) con inversores entre 5 y 10 millones.
  • La fase C sería la fase de consolidación (bancos) donde quien invierte espera como mínimo duplicar su dinero (y pueden ser varias decenas de millones).

Pero ojo: todo esto naturalmente varía mucho de unos negocios a otros según su naturaleza y mercado.

Cada vez que entran nuevos actores en estas fases de financiación el dinero suele utilizarse solo para el desarrollo de los planes de la empresa –de hecho por eso se habla de «buscar financiación», no «recoger beneficios»– aunque también puede utilizarse una parte de ese dinero para dar salida (exit) a alguno de los inversores iniciales. Por ejemplo los amigos y familiares pueden recoger beneficios con múltiplos de diez o veinte gracias al dinero que aportan los inversores riesgo o los bancos y otro tanto puede suceder con parte de la inversión de los cofundadores o los inversores ángeles cuando los bancos hacen su inversión (o se va a producir o se produce la salida a bolsa); normalmente esperan múltiplos como mínimo entre cinco y diez de su inversión.

Naturalmente si el proyecto va viento en popa la empresa valdrá más cuanto más tiempo transcurra, e idealmente nadie querría vender sus acciones hasta las últimas fases: ni los fundadores, ni los empleados, ni la abuelita que confió en el negocio de su nieta. No obstante a veces hay circunstancias personales o estratégicas que pueden producir cambios en el accionariado (socios descontentos, necesidad de cash, conflictos de interés, inversores que prefieren invertir en otros proyectos) así que estos procesos pueden ser complicados. Idealmente lo mejor es asegurar rápido la financiación necesaria en cada momento para que sea una de las cosas que no resulte preocupante ni distraiga la concentración en el día a día.

{Foto: Rawpixel @ Unsplash}


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