«No se puede reponer lo que no se puede ver». Bajo esta máxima una empresa llamada Pensa Systems está desarrollando un dron ligero «de interior» que combinado con tecnología Intel para el reconocimiento de imagen y el análisis de datos puede hacer un inventario de forma rápida y precisa de las estanterías de una tienda. La información pasa luego a los reponedores, que pueden colocar los artículos allí donde se necesitan. Que esos reponedores sean humanos –de momento– o robots –en el futuro– es algo que todavía está por ver.

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Esta solución es una alternativa a las cámaras fijas y a los sistemas basados en etiquetas RFID, que tienen sus propias limitaciones, tales como la precisión o el coste. También solucionan algunos problemas de logística en las tiendas que combinan ventas físicas con ecommerce, como por ejemplo que se intente vender por Internet un producto que acaba de ser adquirido físicamente de una estantería.

Los drones desarrollados por Pensa son pequeños, ágiles, muy ligeros, seguros –van encapsulados en una especie de jaula de plástico– y se pueden hacer volar tan frecuentemente como sea necesario. Incorporan una cámara que emplea un sistema de reconocimiento visual de alta precisión para catalogar los productos. No importa si las cajas, latas o botellas están un poco movidas porque el sistema reconoce incluso productos que están mal colocados o fuera de su lugar asignado. Toda esa información se transmite en tiempo real al sistema de inventario de la tienda, en cuyo desarrollo se ha utilizado tecnología en la nube de Intel, y donde además se pueden utilizar algoritmos para predecir el ritmo de ventas futuras, el cuándo se agotarán los productos o qué sucederá si cambian los precios.

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Lo más interesante quizá es que la inteligencia procedente de estos inventarios frecuentes se puede combinar con la de otras tiendas: de este modo los propietarios pueden tener información muy valiosa sobre qué se está vendiendo, a qué ritmo o si hay una oferta irresistible, un producto de moda o alguno cuyo mejor momento ya ha pasado. Se pueden hacer estudios de competencia entre productos de diferentes marcas o entre formatos y precios. Lo más divertido es quizá que el fabricante ofrece los datos en base a «tiempo de vuelo» o «kilómetros recorridos» por los pequeños drones, algo fuera de lo común pero apropiado para esta tecnología. Dicen que con 200 vuelos al cabo de 15 días uno de estos drones fue capaz de detectar el 98% de los productos que habían quedado «fuera de stock» para que fueran repuestos.


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