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Es el objetivo de cualquier comercio online: vender. Un objetivo que, además, es cada vez más viable y más interesante si le echamos un vistazo a las últimas estadísticas y previsiones del e-commerce. La red se ha impuesto como modelo de negocio, como nicho de nuevas ideas y como objetivo de muchas compañías. Precisamente por eso, saber cómo vender es fundamental. Y diferenciarse de la competencia todavía más.

Pero comencemos por el principio. Porque, precisamente, la base de cualquier e-commerce es su propia plataforma web. Un motor comercial en el que podemos contar con herramientas sencillas para fomentar las ventas de nuestro negocio. Herramientas que son, sin duda, parte inherente del funcionamiento de nuestra web.

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Porque, más allá de nuestro producto o servicio, nuestra primera carta de presentación es precisamente la plataforma tecnológica en la que tenemos construido nuestro negocio. Una plataforma que debe partir de una premisa: un sitio web de navegación sencilla y que permita al usuario conocer nuestros servicios sin confundirse. Algo que podemos conseguir agrupando los productos o servicios en categorías (mediante menús desplegables, por ejemplo) y, fundamental, añadiendo siempre una barra de búsquedas en nuestro sitio web (que permita una búsqueda filtrada por intereses, algo que nos obliga positivamente como e-commerce a que nuestra información de producto esté bien categorizada).

Esta búsqueda fácil es vital si tenemos en cuenta dos aspectos muy importantes del e-commerce: por un lado, que el perfil de nuestros usuarios está marcado por la pauta del ahorro de tiempo; por otro, que facilitar encontrar el artículo que están encontrando permite que el usuario se relaje (recordemos el componente emocional del e-commerce) y, una vez encontrado su propósito de compra, curiosee entre otros artículos de nuestro comercio. Un aliado único para fomentar que en nuestro carrito de la compra no haya un único producto sino más que, en muchas ocasiones, responde a otro gran amigo del e-commerce: la compra por impulso.

Respaldar este fenómeno del comprador puede hacerse de manera sencilla, incluyendo por ejemplo sugerencias de producto (según las búsquedas o elecciones de cada usuario, tanto durante el proceso de compra como en el momento de realizar el pago) pero también mediante el uso de imágenes de calidad y buen tamaño  (en las que las especificaciones de producto y sus características especiales sean un «Ver más» añadido a la imagen). Recordemos: cuanta más información tenga nuestro cliente, más posibilidades tendremos no solo de que compre sino de que regrese.

Precisamente por eso, hay que tener claro que potenciar la confianza es fundamental. Algo que puede lograrse fomentando que el usuario tenga toda la información posible: cuánto tarda su producto en llegarle, cuáles son los gastos de envío (por cierto: hacerlos gratuitos según el importe de compra es un buen aliado para incrementar ventas), cómo es el proceso de cambio de un artículo, cuál es la historia de la empresa, etc. Datos, en suma, que pueden ser fundamentales para que el usuario se convierta en cliente convirtiendo su carrito de la compra en una transacción real.

Y ligado a esto, otra herramienta vital para aumentar las ventas: la posibilidad de compartir enlaces a productos o servicios en redes sociales. Algo que podemos lograr simplemente con la integración de nuestros perfiles (Facebook, Pinterest e Instagram son los más utilizados por su potencia visual) dentro de la ficha de cada producto.

Fotos | Estudio Ka, Episerver


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