No cabe duda de que la mejor forma de contribuir a una reducción considerable del consumo energético es, en primer lugar, un incremento en el uso de aquellos medios de transporte más eficientes, tren y autobús para viajes interurbanos, e ir a pie, en bicicleta o transporte público para el transporte en ciudad.

Pero para todos aquellos que tengan que usar su coche durante sus vacaciones de verano, es interesante conocer ciertos métodos y consejos para evitar derrochar combustible, ahorrar dinero con nuestros desplazamientos y contribuir a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.

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Arranque y puesta en marcha:
El arrancar el motor sin pisar el acelerador contribuye a un menor gasto de combustible. También el iniciar la marcha inmediatamente después de arrancar el vehículo.

Uso de la primera marcha:
Se debe usar únicamente para iniciar la marcha, y cambiar a la segunda velocidad en los dos segundos siguientes o a los seis metros de distancia.

Cómo acelerar y cambiar de marcha:
En el momento de cambiar de marcha se ha de tener en cuenta las revoluciones del vehículo, cambiando de marcha a las 2,000 revoluciones por minuto en los motores de gasolina, y sobre las 1,500 revoluciones por minuto en los motores diésel.

También nos podemos fijar en la velocidad para efectuar el cambio de marcha de forma más eficiente. De 1ª marcha a la 2ª a los seis metros aproximadamente, de 2ª a 3ª a partir de 30 km/h, de 3ª a 4ª sobre los 40 km/h y a 5ª marcha sobre los 50 km/h. Es importante acelerar de forma progresiva con cada cambio de marcha.

Circular con las marchas más altas y a revoluciones bajas garantiza un uso eficiente del combustible.

La importancia de desacelerar correctamente:
Para perder velocidad de forma eficiente se debe levantar el pie del acelerador y dejar que el vehículo ruede con la marcha engranada en ese instante. Gracias a esto logramos un gran control sobre las revoluciones del vehículo, reduciendo el consumo de combustible, y reduciendo la carga sobre los frenos. Algo que, por ejemplo en un puerto de montaña, nos aporta seguridad al evitar un desgaste y calentamiento excesivo de los frenos.

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Respetar el código de circulación:
No está de más recordar que el cumplir correctamente con las normas de tráfico nos ayudará a reducir el consumo de combustible. Ir a una velocidad adecuada, mantener las distancias de seguridad para prevenir cualquier peligro y mantener el vehículo en un estado óptimo de mecánica.

Climatización: 

¿De verdad es necesario que en tu coche se forme un microclima propio del ártico? Lo ideal es que el aire acondicionado funcione a una temperatura que oscile entre los 22 y los 23 grados. Una temperatura inferior durante un largo periodo de tiempo puede incrementar el consumo de combustible hasta un 20 por ciento.

Y recuerda que para mantener óptima la presión de los neumáticos, no debes llevar demasiado cargado el maletero. Por eso, este verano deja que nos encarguemos nosotros de tu equipaje y tú disfruta de las vacaciones. Conoce nuestro servicio #MiMaletaFeliz y ¡recibe en tu destino todas tus cosas!


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