Muchísimas cosas están cambiando a nuestro alrededor. Todos estamos viviendo una situación que jamás hubiéramos imaginado, causada por la pandemia de SARS-CoV-2 y las acciones que ha habido que tomar para mantenerla a raya. En el caso de España ha habido un confinamiento bastante estricto, menos que en China, pero más que en otros países de nuestro entorno que, a los hechos nos remitimos, ha afectado a muchos sectores económicos de forma diversa, dependiendo de la capacidad de adaptación de cada uno de ellos a la nueva realidad.

El sector del comercio electrónico es, sin duda, diferente, y ha podido capear el temporal de mejor forma que otras parcelas de la economía que han sufrido, y siguen sufriendo, los embates del Covid-19. Por un lado ha supuesto la tabla de salvación para algunas empresas que tenían un pie puesto en el mundo físico y otro en el mundo online. Por otro, las empresas cuya actividad se centraba única y exclusivamente en la venta online han recibido un espaldarazo a su labor.

El ecommerce ha crecido estos meses, y mucho. La gran pregunta que se hacen ahora tanto expertos como profanos es si estamos ante una tendencia meramente coyuntural o si el cambio sufrido, esta fuerte aceleración de una tendencia que ya existía, es permanente o si, por contra, las aguas volverán a su cauce, más tranquilo.

Algunas cifras, en el mundo y en España

Tampoco hay que obsesionarse con una cifra concreta, ya que según la fecha que se mire y la fuente que se consulte, puede ser diferente. En todo caso hablamos de un aumento enorme y, en principio, fruto de las circunstancias creadas por la crisis generada por el coronavirus. Según datos de finales de abril, obtenidos del informe Digital 2020 confeccionado por We Are Social el 47% de los internautas a nivel mundial han incrementado el tiempo que dedican a realizar compras online. El aumento más grande se ha dado en la franja de edad que va desde los 25 hasta los 34 años. Por países, ha sido en China donde el impacto ha resultado mayor. Por categorías de productos, (seguimos hablando a nivel mundial), las categorías que más han notado el empuje de los compradores han sido alimentación (33%), productos del hogar (29%), higiene personal (27%) y moda (19%). Hay datos muy precisos, proporcionados por Glimpse, francamente curiosos, si ponemos la lupa en productos concretos.

Centrando el foco en España, también a finales de abril, con casi un mes transcurrido desde el pistoletazo de salida del estado de alarma, el ecommerce crecía alrededor de un 50% y además, dicho aumento, ha ido a más a medida que pasaban los días. Son datos facilitados a la prensa por UNO, la patronal de las empresas de logística. Evidentemente la gente compra más lo que realmente necesita en cada momento, así que si nos fijamos en los diferentes subsectores veremos que el catálogo de productos se ha ido adaptando a las circunstancias, y al principio predominaban sobre todo productos de primera necesidad, como alimentación, higiene y limpieza. Hay crecimientos indisolublemente ligados a la situación de confinamiento, como el 200% de subida en la venta de material deportivo, y otros que no sorprenden, ya que ya les funcionaba bien la venta por Internet; tenemos, por ejemplo un 100% de aumento en los productos para mascotas y la misma cifra en material para reformas en el hogar. Parece bastante claro que mucha gente se ha mentalizado para aprovechar su tiempo.

Cambios “numéricos” y algo más

Hemos hablado de números, que siempre son interesantes para tener una foto fija de lo que está pasando en cada momento, pero también es importante explorar los cambios de hábitos que la cuarentena ha provocado en los compradores (online).

Resulta clarificadora la consulta de los datos del estudio El consumidor y el covid-19, elaborado por Capgemini Research Institute, que resumen en El Confidencial. Nos cuentan que los consumidores se están haciendo más selectivos y más exigentes. En su decisión de comprar influyen las condiciones de entrega de la tienda online, que esperan que sean flexibles. Esto nos remite a uno de los conceptos recurrentes en este blog: el de la última milla y su especial relevancia. Los potenciales clientes también expresan su preferencias por las empresas de ecommerce que apuesten claramente por la sostenibilidad, como reflejan los datos del E-shopper Barometer de SEUR y DPDgroup. Por último, pero no menos importante, los consumidores expresan su preocupación por la seguridad, tanto en tiendas físicas como en la entrega de paquetes, donde se ha tendido a minimizar el contacto todo lo posible.

La cuarentena ha supuesto también un cambio en los patrones de navegación de los internautas, lo que ha hecho que en las cifras que acabamos de repasar aparezcan, además de productos de primera necesidad, artículos relacionados con actividades de ocio como el deporte y la jardinería.

¿Han llegado los cambios para quedarse?

Es evidente que en algunos casos, como la mencionada compra de material deportivo, ha habido una subida debida a un hecho puntual que habrá que analizar con sosiego con el paso del tiempo. Sobre la compra de alimentos, la patronal UNO, antes citada, opina que el aumento que hemos visto no se mantendrá, que volveremos a los hábitos de antes de la crisis.

Sin embargo, en la mencionada encuesta de Capgemini, muchos consumidores españoles afirman que los canales de venta online mantendrán el protagonismo alcanzado durante la crisis. Al menos, en parte, o esa es su sensación personal.

Javier Rocamora reflexiona en un divertido artículo sobre cómo puede ser el mundo después del coronavirus. En este momento todos tenemos claro que hay más incógnitas que certezas. Ahora estamos inmersos en una fase de desescalada que supone una larga transición hacia la normalidad. Posteriormente, no sabemos aún qué restricciones tendremos que mantener en nuestra vida diaria, que podrán seguir distorsionando nuestros hábitos de consumo, ni por cuánto tiempo. Tampoco sabemos si puede surgir un rebrote que nos obligue a volver a confinarnos. Rocamora aventura que esto va a servir para que muchas PyMEs asuman que es imprescindible tener un canal de venta online, ya que han visto cómo los competidores que sí tenían una solución ecommerce han podido seguir adelante, al menos parcialmente, con su actividad.

 

No estamos en disposición de responder a las preguntas formuladas de forma categórica, pero hay varios mimbres que apuntan a que parte del impulso que ha cogido el comercio electrónico se mantendrá cuando la pandemia finalice. Tal vez haya algún ajuste a la baja, pero nuestra forma de consumir se ha visto influida de forma clara y, muy probablemente, definitiva.


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