DPD Irlanda, parte también de DPDgroup, ha puesto en marcha una ingeniosa iniciativa para el reparto de paquetes en tres localidades, empleando una combinación de uno de los tradicionales autobuses de dos pisos que transporta diez bicicletas eléctricas con mini-tráilers con los que se entregan los paquetes.

En el informe El reto de la distribución en la última milla en pequeñas ciudades de Clemens Weiss, de la University of Rostock, se apuntaba ya hace un par de años algunas ideas y tendencias al respecto:

  • El imparable crecimiento del comercio electrónico
  • El aumento del número y frecuencia de los envíos
  • La saturación de las ciudades, ya sean grandes o pequeñas
  • La necesidad de encontrar soluciones sostenibles

Una de las soluciones propuestas era precisamente combinar los puntos de almacenaje y distribución (hubs) con fórmulas alternativas para cubrir los últimos tramos: a pie, en bicicleta o alguna idea similar. Aunque su informe se centraba en Alemania, muchas ciudades de Europa se encuentran en la misma situación.

Estas iniciativas entran dentro del denominado Smart Green Delivery, que hace referencia a soluciones relacionadas con la última milla, y lo hace de la forma más «verde» y sostenible posible.

El gran autobús de dos pisos con el que se ofrece el servicio proporciona una gran capacidad para transportar tanto las diez bicicletas como sus tráilers y los paquetes que hay que entregar. Además del tamaño, la diferencia respecto a una furgoneta convencional es que el autobús va equipado con un sistema SCR (reducción catalítica selectiva) para el tratamiento de sus emisiones. Este tipo de sistema catalizador reduce hasta un 90% las emisiones de óxidos de nitrógeno y de partículas contaminantes, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire.

Esta idea combina un almacén principal con puntos clave en las pequeñas ciudades, a donde llega el autobús para desplegar las bicicletas. La flotilla va equipada con pequeños tráilers con ruedas en los que se transportan los paquetes de forma cómoda. En la fase de pruebas el autobús ha estado dando servicio a tres pequeñas ciudades: Bettystown y Laytownm, de 10.000 habitantes y Drogheda, de 40.000 (serían equivalentes a Brunete y Tres Cantos en Madrid o San Sadurní de Noya y San Feliú de Llobregat en Barcelona, a efectos de comparación). Están situadas en un triángulo de unos 10 km + 2 km + 10 km de vuelta, unos 30 minutos en total. Cada una de las localidades está densamente poblada, por lo que es fácilmente recorrible con las bicicletas. La fórmula resulta así bastante eficiente; en total se pueden repartir 1.000 paquetes diarios.

El cálculo general es que la combinación de autobús + bicicletas reemplaza a las emisiones de diez furgonetas diésel convencionales (que suelen ser Mercedes Spriter). Traducido a lo que se suele calcular como «ahorro de emisiones contaminantes» supone más de media tonelada (550 Kg) de CO2 semanales. Además de eso, no tener a tantas furgonetas circulando reduce los atascos y elimina mucho ruido, de modo que los habitantes de la ciudad están encantados.

El plan de DPD Irlanda para la electrificación se suma al de otros países donde está presente el Grupo. Allí esperan tener 160 vehículos eléctricos para 2025 y hasta la fecha ya han entregado cerca de 90.000 paquetes con vehículos eléctricos de este tipo. Como en España, donde SEUR cuenta con ambiciosos objetivos en términos de sostenibilidad, como por ejemplo, alcanzar un reparto 100% sostenible en el centro de 20 ciudades españolas en 2025 y un 20% de reparto sostenible con vehículos de bajas y cero emisiones en el resto de ciudades.


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