El auge del comercio electrónico es una realidad palpable en nuestra sociedad, marcada por el cambio de ritmo en la forma en que compramos y vendemos productos. Así lo constatan los últimos datos del Estudio Sobre Comercio Electrónico B2C del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), según los cuales el eCommerce ha crecido un 22,2% respecto al pasado año, lo que se traduce en un volumen de facturación que sobrepasa los 25.000 millones de euros.

De acuerdo a estos mismos datos, el gasto medio del consumidor ha crecido un 18%, mientras que, a escala europea, el eCommerce genera un mercado de 500.000 millones de euros. O traducido de otra manera, el equivalente a la mitad del Producto Interior Bruto de nuestro país.

Se trata de un mercado en pleno auge que ha traído consigo no solo la aparición de grandes actores de nuevo cuño (como Amazon o Alibaba), sino también importantes cambios en los restantes agentes que conforman la cadena de valor del comercio electrónico. Desde los equipos de marketing, que han abrazado las campañas online como eje central de sus estrategias en detrimento de otros canales más tradicionales, hasta los proveedores de tecnologías para almacenes (quienes se han adaptado a los enormes tamaños de los centros logísticos de estos gigantes digitales), pasando por la gestión de todos esos millones de envíos diarios.

Y es que, en este último campo, debemos tener en cuenta que el comercio electrónico ya es el rey del transporte por mensajería en España. Para SEUR supone ya el 30% de nuestra facturación global y ha experimentado un crecimiento del 35% respecto al año anterior. Una tendencia impulsada por cuatro grandes transformaciones intrínsecas a este modelo de negocio: inmediatez, flexibilidad en la entrega, nuevos tipos y volúmenes de paquetes o la gestión de los picos de trabajo en épocas como el Black Friday o la campaña navideña.

El primero de estos factores es el más fácil de vislumbrar: los clientes no quieren esperar para recibir sus pedidos, máxime cuando se trata de productos perecederos. Por ello, los principales operadores logísticos han replanteado tanto sus flotas como sus rutas de distribución para poder abordar entregas en el mismo día. De esta necesidad nacen iniciativas como los servicios de entrega con una hora garantizada (08:30-10:00-13:00) o SEUR Now, la propuesta de reparto en una o dos horas que ya está presentes en ciudades como Madrid y Barcelona, pretendiendo expandirse a otras ciudades y realizando en la actualidad 1.500 envíos diarios.

Por otro lado, la flexibilidad se ha convertido en un valor indispensable de la logística del siglo XXI. Y es que, al romperse el modelo de familia tradicional y conforme el eCommerce se consolida en grupos de población más jóvenes, resulta más complicado que la persona indicada espere en su domicilio el paquete. Ante esta disyuntiva, las empresas de transporte han optado por varias aproximaciones, destacando la democratización de plataformas online donde se muestra la hora aproximada de reparto y se permite que el usuario modifique el lugar o, si así lo prefiere, proceda a recogerlo a su discreción en algún punto de entrega.

Lo mismo sucede con un elemento aparentemente secundario en cualquier proceso de compra online: las devoluciones. Técnicamente se conoce a esta clase de entregas como “logística inversa” y no siempre es igual de eficaz que el reparto original de los productos. Pese a que es el gran olvidado del eCommerce, cada vez más marcas son conscientes de que también han de cuidar con esmero esta pata del proceso: un 88% compraría más a una tienda que tuviera procesos de devolución más fáciles, a tenor de un estudio de MetaPack.

Así mismo, la inmensa variedad de productos que se comercializan a través de la Red provocan a su vez que los paquetes que deben ser procesados por la cadena logística sean de lo más diverso, provocando una reevaluación del tipo de vehículos que se necesitan para poder prestar el servicio con la calidad esperada, la rapidez ideal y el coste más ajustado tanto para el operador como el cliente, quien al final es quien acaba asumiendo este gasto en sus compras.

Por último, no hemos de olvidar que el comercio electrónico es un negocio estacionario, con picos de demanda concentrados en épocas muy específicas del calendario. A las habituales campañas navideñas o por el Día del Padre y la Madre hemos de sumar nuevas fechas marcadas en rojo por las tiendas online, como el Black Friday o el Cyber Monday. En esos días, se dispara el número de pedidos que deben manejar primero esos proveedores y, posteriormente, los operadores logísticos que han de llevar esos paquetes hasta sus destinatarios. Sin embargo, esta oportunidad de negocio obliga a dotar de mayor agilidad y flexibilidad a las compañías de transporte, que deben aumentar sus flotas, personal y rutas de forma ágil para dar respuesta a este incremento de la demanda. Pero, al mismo tiempo, deben hacerlo de forma que sea sostenible con la menor carga de pedidos en otras épocas del curso. Sin duda, todo un desafío que exige de la mejor analítica predictiva de datos y gestión tanto humana como de vehículos.


Tags: