Puede que a muchos la palabra micromovilidad no les resulte del todo conocida o familiar a día de hoy, pero sin duda resulta una práctica en pleno crecimiento entre los ciudadanos y empresas de nuestro país, especialmente en las grandes ciudades donde la circulación y movilidad urbana resulta mayor.

La micromovilidad es un término empleado a la hora de hablar de todos aquellos medios de transporte utilizados para recorrer trayectos cortos, como las distancias del hogar al trabajo, de un punto a otro de la ciudad, o los trayectos de última milla. Los vehículos y medios de transporte eléctricos destinados a este tipo de distancias fueron concebidos en primera instancia para el transporte individual, como medios alternativos y respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, la micromovilidad también engloba a la carga, envíos y entregas de paquetería en el centro de las ciudades, a través de vehículos sostenibles como las cargobikes.

Como parte intrínseca de sus características, la micromovilidad surge para dar respuesta a la necesidad de transformar la movilidad y el transporte de las áreas metropolitanas, donde se concentra el grueso de la población de los países y donde es necesario implementar medidas que permitan reducir las emisiones contaminantes. La micromovilidad supone un mar de posibilidades para las ciudades y sus ciudadanos, y dada la corta edad de este tipo de movilidad, aún queda mucho margen de actuación y mejora.

Para identificar los principales retos a afrontar por todos los agentes involucrados en la implantación de la micromovilidad, el informe EIT InnoEnergy analiza los obstáculos en cuanto a su implementación, las limitaciones de este tipo de vehículos y el impacto que tiene este tipo de transporte en las grandes ciudades, así como posibles soluciones.

Obstáculos y medidas para una progresiva implementación

El informe desarrollado por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología habla de la micromovilidad eléctrica como uno de los principales desarrollos de la movilidad urbana de los últimos años, y considera que está llamada a ser una de las grandes soluciones para la congestión y polución de las grandes ciudades.

Según recoge EIT Innoenergy, actualmente en Europa este tipo de movilidad representa tan solo el 0,1% de todos los transportes realizados en las ciudades. Para aumentar esta tasa y ampliar la red de vehículos eléctricos destinados a trayectos cortos progresivamente, el informe ve necesario hacer frente a los presentes obstáculos, alargando la vida útil de los vehículos, abaratando los costes operativos en lo que se refiere a la carga y reubicación de estos, aumentando el número de infraestructuras de recarga y estacionamiento, y a través de una mayor integración en los sistemas de transporte de las ciudades.

Los costes de reparación de los vehículos que engloba la micromovilidad suponen un 17% del total de los costes operativos, por lo que es necesario poner un mayor esfuerzo la fabricación de baterías, motores y componentes electrónicos de mayor calidad para hacer que la vida útil sea mayor. Además, la utilización de elementos reciclados en la fabricación puede derivar en una reducción del 40% en el consumo de energía.

Por otro lado, para poder aumentar la red de vehículos eléctricos y medios de transporte sostenibles de este tipo es necesario desarrollar nuevos modelos de vehículos que permitan desempeñar actividades diarias como el transporte de la compra desde supermercados, recoger a los hijos del colegio o realizar entregas de última milla, puesto que más del 50% de los viajes de corta distancia no cuentan con los vehículos de micromovilidad adecuados. Ampliar progresivamente esta cobertura contribuirá a aumentar la cuota de mercado de vehículos como cargobikes eléctricas con pedaleo asistido, necesarios en el sector del transporte y la logística.

Hacer que los trayectos cortos de las ciudades sean más verdes y eficientes es una de nuestras prioridades. Según avanza la transición hacia estos modelos de transporte, en SEUR estamos convencidos de nuestra apuesta para reducir el impacto medioambiental de nuestras operaciones, especialmente en las grandes urbes. Por ello, continuamos apostando en proyectos eléctricos alternativos para adentrarnos a la micromovilidad y hacer que nuestros repartos de última milla sean cada vez más respetuosos con el medio ambiente. Gracias a acuerdos de colaboración y partnership junto a empresas como Boxlane, Koiki o Mensos somos capaces de ampliar nuestras posibilidades de entrega.


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