Para cuidar el planeta y por extensión el aire que respiramos en nuestras ciudades, controlar las emisiones de los vehículos usándolos de la forma más sostenible posible es sumamente importante. Lo más adecuado es hacer un uso responsable y una conducción apropiada de los vehículo. Para ello, hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea el consumo de combustible mayores serán las emisiones contaminantes.

La lista de consejos para conseguir este objetivo es amplia. Comienza por la elección del vehículo, su mantenimiento, el uso en condiciones óptimas y, naturalmente, la forma de conducir. En España, la DGT aboga por la conducción eficiente como medida más adecuada para reducir la contaminación ambiental y de paso ahorrar combustible y ganar en seguridad. A nivel internacional, el prestigioso blog Clean Technica publicó hace tiempo una serie, que ha actualizado anualmente, en la que examina cómo conducir más eficientemente (parte 1, 2 y 3) con muchos detalles. Hasta las asociaciones de conductores como el Real Automóvil Club de Cataluña organizan periódicamente cursos de conducción eficiente.

Conducir mejor, conducir más sostenible

A continuación, hay una lista algunos de esos consejos habituales y la explicación del porqué esas medidas redundan en una conducción más sostenible, eficiente y limpia:

1. Elección del vehículo óptimo. Los expertos coinciden en que la forma más adecuada para hacer el transporte más sostenible es utilizar vehículos eléctricos frente a vehículos de combustión. Aunque hoy en día son más caros, se puede calcular que el coste por km recorrido es menor a largo plazo, de modo que el precio no debería ser un impedimento. Unidos a que no producen emisiones de CO2 directas, hacen que sean una mejor elección. Si en el hogar hay más de un vehículo, elegir el menos contaminante siempre que sea posible para realizar según qué trayectos también es algo que hay que tener en cuenta.

2. Mejorar el estilo de conducción. Mantener la velocidad constante y moderada es crítico para no consumir más de lo necesario; la clave es anticiparse y adaptarse a las condiciones de la vía y de los otros conductores. Se ha calculado que la conducción «agresiva» con exceso de aceleraciones y frenazos puede suponer entre un 10 y 15% más de consumo. Quien necesite una ayuda puede usar el control de velocidad de crucero de disponen muchos automóviles. Otro truco fácil de recordar es que en la mayor parte de los vehículos la velocidad óptima para consumir menos es la más baja que permita circular con la marcha más alta, o alrededor de los 80 km/h.

3. Mejor sin aire acondicionado. En la mayoría de los vehículos el aire acondicionado puede suponer hasta un 10% del consumo de energía total. No se trata de pasar calor, pero si se puede circular con la ventilación natural, mejor que mejor. Eso sí: también hay que tener en cuenta que llevar la ventanilla abierta empeora la aerodinámica del vehículo y lo hace consumir un poco más. Una buena idea es elegir la mejor hora para no sufrir de condiciones climáticas extremas; tal vez madrugar un poco o viajar de noche nos ahorre ese consumo extra.

4. Evitar peso innecesario. Si siempre da la sensación de que el coche va demasiado cargado, mala cosa: cada 50 kg extra en el vehículo pueden suponer un 2% más de consumo de combustible. Así que todo lo que se pueda quedar en casa (incluyendo la baca, portaequipajes, herramientas, etcétera), mejor que mejor. No hay peor sensación que darse cuenta al volver que hay trastos que pesan un montón y que han hecho un viaje de ida y vuelta de cientos de kilómetros por toda la geografía sin usarse para nada útil.

Conducción eficiente5. El mantenimiento es clave. Esto incluye principalmente la elección e inflado de los neumáticos a la presión correcta, algo que se puede hacer en cualquier gasolinera antes de comenzar un viaje. Pero también afecta al resto de componentes del vehículo, como el aceite, que debe revisarse periódicamente, o la aerodinámica. Respecto a esto último, y en otras palabras, llevar el coche lavado y los neumáticos a punto puede suponer otro 2-4% de ahorro energético.

6. Cuidado con la batería. En los vehículos de combustión la batería auxiliar se recarga al circular, pero en los vehículos eléctricos cualquier sistema que requiera electricidad y se active, como pueden ser las luces durante el día, el entretenimiento multimedia, el aire acondicionado en verano o la calefacción en invierno, pueden consumir la batería más rápidamente. Esto hace que la autonomía del vehículo sea menor y requiera recargas más frecuentes, de modo que es otro factor a considerar a la hora de ahorrar en los trayectos tanto cortos como largos.

Conducción sostenible, eficiente y limpia / ODB27. Utilizar dispositivos OBD2 conectados al móvil para recopilar datos del vehículo. Este tipo de dispositivos pueden conectarse a todos los coches modernos (del 2000 en adelante, e incluso algunos anteriores). Son herramientas estándar de diagnóstico (su nombre viene de On-Board Diagnostics II) y que pueden enlazarse con el móvil, con un cable o Bluetooth, para analizar ciertos datos en tiempo real o a posteriori con una app. Básicamente proporcionan información detallada (revoluciones, velocidad…) y sobre consumo de combustible, lo que permite mejorar el estilo de conducción y comprobar si hacerlo sirve de algo o no, con datos. Algunos incluso facilitan datos sobre las emisiones contaminantes; si son excesivas se puede investigar si se requiere algún tipo de mantenimiento extra o hay algún problema técnico. Los OBD2 más completos proporcionan un análisis completo de la conducción a lo largo de varios días, con sugerencias y gráficos, por ejemplo si el consumo se dispara al circular por ciertas carreteras o autopistas (pero no en ciudad), lo que permite concentrarse en solucionar esas situaciones.

Conducción sostenible, eficiente y limpia / ODB2 app8. Hola, «hiperconduccion». Este concepto que suena un poco técnico-futurista es una especie de tendencia que consiste en intentar exprimir al máximo el consumo del vehículo utilizando para ello todas las técnicas y argucias posibles: conducir con la máxima suavidad, usar la inercia del coche para que llegue muy lentamente cuando se aproxima a un semáforo en rojo o un atasco (en vez de frenar) o apagar el motor si va a estar parado más de unos segundos. Contrariamente a lo que se suele pensar, esto no es problema en los vehículos modernos, aunque en los atascos o túneles se ha usado tradicionalmente 3 minutos como tiempo máximo para dejar el vehículo al ralentí. La hiperconducción es pues, básicamente, maximizar todos los consejos explicados anteriormente.

9. Adiós, coche. Este es un consejo más bien de «no-conducción» pero que no hay que dejar de mencionar. Reconsiderar si realmente se necesita ir en coche para trayectos cortos, por ejemplo de menos de mil metros. En estos trayectos un vehículo con el motor frío puede consumir hasta un 50% más de lo que se supone que consume de promedio. La alternativa de caminar o ir en bicicleta son todo ventajas: es más sostenible, limpia y además saludable, porque se hace ejercicio y se despeja la mente. Así que, en un momento dado, tampoco hay que olvidarla.

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Fotos (CC) Jannis Lucas; Olav Tvedt, Christopher John @ Unsplash; .


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