En principio es comprensible que a alguno de nuestros lectores eso de la computación cuántica le suene casi a ciencia-ficción, a enormes ordenadores que están a un paso de revelarse contra los humanos cansados de acometer a diario cálculos ciclópeos. Y eso que en este blog ya están acostumbrados a que asociemos a la logística, y también al ecommerce, términos como la Inteligencia Artificial, el Big Data e incluso el machine learning. Pero, como siempre, vayamos paso a paso.

¿Qué es la computación cuántica?

La mejor forma de entender el concepto es contraponiéndolo a la computación clásica, que se basa en un lenguaje codificado en bits, es decir, y esto seguro que le suena a cualquier lego en la materia: un lenguaje formado por cadenas de unos y ceros. Cada orden que damos a un ordenador o un dispositivo móvil se transforma en lenguaje binario. En la computación cuántica cambiamos la unidad básica de información y ya no tenemos los bits, sino los qubits, y ahora ya no existen solo ceros y unos: también tendremos infinitas posiciones intermedias.

¿Esto en qué se traduce a efectos prácticos? Los computadores cuánticos usarán algoritmos, a su vez, cuánticos, y tendrán una capacidad de computación exponencialmente más grande, y mejor, porque no hablamos tan solo de velocidad de cálculo. Llevar más lejos esta somera explicación sería ya transitar por un terreno demasiado árido, pero a quienes quieran saber un poquito más sobre la historia de la computación cuántica seguro que les interesa este artículo en Xataka.

¿Y todo esto tiene aplicaciones en la industria y el mundo empresarial?

En la web de SPRI leemos que el QUTIS Centre de la UPV-EHU (Universidad del País Vasco) está trabajando en la aplicación de la computación cuántica en proyectos vinculados con la cadena de suministros o la implementación de modelos financieros. Y que son pioneros en ello. Hablamos, pues, de algo relativamente nuevo, pero que va a tener aplicaciones en campos tan diversos como la industria, el financiero o, incluso, en el ámbito de la salud. Enrique Solano, director del mencionado centro de la universidad vasca, comenta que una de las aplicaciones para entidades financieras podría ser la detección de crashes, algo inviable con una capacidad de computación normal. Nos habla también de que existen posibilidades de aplicación en el campo de la química y del diseño de nuevos materiales.

Sin duda hablamos del futuro y, como siempre, los grandes gigantes como China y Estados Unidos ya han cogido este tren, acompañados por países como India, Rusia o Alemania, que están haciendo inversiones para el desarrollo de esta tecnología. A nivel empresarial algunos nombres que nos pueden sonar a todos, y que son pioneros en este ámbito, son IBM, que ya ha lanzado su propio sistema de computación cuántica, IBM Q System One, en colaboración con otras organizaciones en Alemania, Reino Unido y Nueva York. A nivel mundial, sobre todo desde Estados Unidos y China, están investigando e invirtiendo en desarrollos los “sospechosos habituales” cuando se habla de innovación: Google, Amazon, AliBaba, Microsoft, Mitsubishi, Nokia… entre otros.

¿Habrá aplicaciones en el campo de la logística?

El director del QUTIS Centre de la UPV-EHU, antes citado, cree que sí. De hecho, ellos han publicado un artículo sobre la primera aplicación de la computación cuántica en la cadena de suministro. Aquí ya hemos hablado en más de una ocasión de cómo se pueden optimizar las rutas de distribución de productos gracias a tecnologías como la geolocalización y la inteligencia artificial. Usando la computación cuántica se pueden abordar los ingentes cálculos con mayor fiabilidad. Precisamente, la inteligencia artificial y la computación cuántica, comparten pódium con la robótica y, por supuesto, la sostenibilidad, en los resultados del Logistics Trend Radar.

Como dice de forma acertada en su web Ignasi Sayol, ingeniero y empresario, aquí la palabra clave es optimización. Además de las rutas, en otras muchas fases de la cadena logística hay procesos en los que se usa actualmente la computación clásica para lidiar en la mejora de los procesos que tienen lugar desde el almacén hasta que un paquete es entregado. Todos esos cálculos que se hacen ahora son susceptibles de ser realizados mediante computación cuántica.

En muchas ocasiones hemos dicho en este blog aquella frase de “el futuro es ahora”. En este caso, excepcionalmente, nos estamos adelantado un poco a lo que está por venir, pero a nadie se le escapa que si hay una forma más rápida y, a la vez, eficiente de hacer los cálculos de optimización, todos acabaremos por usarla. En una mesa redonda virtual celebrada recientemente bajo el auspicio de IBM (artículo en inglés) se habló de, en este caso, hipotéticos usos que nos podrían haber venido bien en la época más dura de la pandemia. La computación cuántica podría, por ejemplo, haber ayudado con los problemas generados con la interrupción de la cadena de suministro. Manejamos muchísimos datos, cada día más, y está en nuestra mano enfocar toda esa información para la resolución de problemas imprevistos de cualquier tipo.


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