Cuando hablamos de «ir a hacer la compra» viene a nuestra mente un hábito que ya pocas veces se entiende como una rutina: trasladarse al supermercado o hipermercado, habiendo hecho una lista previa, seleccionar cuidadosamente los productos, comparar…

Los horarios de trabajo y el ocio han hecho que esta costumbre haya sido una más de las que el eCommerce ha venido a solventar:

 

La alimentación, cuestión de confianza

A diferencia de aparatos tecnológicos o la moda, la alimentación comprende productos frescos que, al ser perecederos, no admiten un proceso de devolución similar equiparable al resto.

Este es uno de los motivos que llevan a los consumidores a mostrarse, en muchos casos, reticentes a la compra online de alimentación. Aún no confiamos a las diferentes empresas de eGrocery o eFood una elección tan personal y subjetiva como la de nuestros alimentos.

A pesar de esto, los datos comienzan a cambiar esta tendencia: el eCommerce orientado a la alimentación es aún claramente minoritario respecto a otros sectores (apenas el 2%), pero en nuestro país crece de manera sostenida y promete ser uno de los que de la sorpresa en los próximos años. Como ya revelaban los datos de nuestro e-Shopper Barometer, los españoles somos punteros en la compra de moda online pero la alimentación ya aparece en nuestro ‘top 10’.

 

Un modelo de negocio flexible

Para conquistar la confianza del consumidor, las empresas de eGrocery o eFood han desarrollado diversos modelos de negocio que se adapten a las exigencias de cada cliente. Desde la compra online que prepara un empleado en un almacén o centro logístico a un modelo personalizado en que un personal shopper se encarga de seleccionar cuidadosamente los productos frescos en diferentes tiendas de proximidad y que envía avisos sobre la disponibilidad de los mismos.

 

Las grandes ventajas para el consumidor

Como destacaron diferentes expertos en la mesa sobre los retos el eFood organizada por El Confidencial y SEUR, las ventajas de este sector son principalmente 3:

Primero, la comodidad. Es el motivo principal que empuja a que los clientes con poco tiempo se decanten por esta modalidad de compra. Las modalidades y horarios de entrega han conseguido adaptarse a toda clase de necesidades evitando así el desplazamiento para ir a comprar.

 

Segundo, la confianza basada en la calidad de la compra. La fidelización del cliente queda sujeta a una experiencia de compra óptima desde la primera ocasión, por lo que una atención personalizada juega un papel fundamental.

Tercero, la logística. Es aquí donde la entrega de super urgencia (entre 1 y 2 horas) en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia cobra un mayor protagonismo. Los clientes no pueden esperar al día siguiente para recibir un pedido que el supermercado puede acercarle esa misma tarde si se desplaza hasta él.

Un futuro prometedor

Si ya los datos nos indicaban que este era un sector cuyo crecimiento es lento pero sostenido, la adaptabilidad por parte de las empresas tradicionales a esta nueva realidad parece vislumbrar un futuro altamente prometedor en el que cada vez es más importante el cuidado de temas como la huella ambiental, la calidad en el empleo y la Responsabilidad Social Corporativa.

 


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