Los índices de crecimiento del comercio electrónico en España no pueden ser más optimistas. Desde que se publicaron los últimos datos de Forrester sobre el imparable ascenso del sector en volumen de negocio y su papel en el mercado mundial, las expectativas también han aumentado. Encontramos así algunos análisis muy interesantes sobre el papel de España como motor principal de este crecimiento, al ser el país europeo que experimentará un mayor aumento del e-commerce hasta 2017, con una tasa de crecimiento del 18 por ciento anual.

En concreto, desde el portal Baquía sobre nuevas tecnologías y negocios, Alejandra Belenguer, Project Manager de Social-Buy, sostiene en un artículo que las ventajas inherentes a la compra online, que ya han hecho de este sector uno de los más viables, no serán suficientes ante unos consumidores «que cada vez demandan más una experiencia de compra adaptada a sus necesidades y perfil». Por ello apunta que los negocios que deseen aprovechar este filón deberán apostar, entre otros elementos, por los denominados prosumers (consumidores y productores de contenidos), la compra multicanal y la compra colectiva.

Sobre el primer punto, Belenguer apunta que la revolución de la web 2.o que ha dado lugar a los prosumers debe ser vista como una oportunidad por parte de las empresas, de forma que se pueda aportar valor a este nuevo arquetipo para incentivar el word-of-mouth (transmitir un mensaje mediante la recomendación de los usuarios) positivo hacia la marca.

Así, una de las posibilidades que se están popularizando es la creación de sistemas de recompensa basados en la aportación de valor a cada usuario: descuentos según el grado de identificación con la marca, por ser fan, por publicar un producto en Twitter, por recomendarlo o por invitar a amigos a visitar la tienda online. De esta forma, el consumidor se siente parte activa de una empresa, obtiene beneficios por ello y al mismo tiempo queda fidelizado con la misma.

Sobre las ventas multicanal, la experta se muestra convencida de que concebir las acciones de comercio electrónico como un proceso unicanal no tiene sentido, atendiendo a los factores que influyen en la compra: ver un un producto en un escaparate, probárselo, comparar precios a través de diferentes plataformas, leer opiniones y comprarlo. Esto demuestra que «todos los puntos de contacto con el cliente juegan un rol fundamental» y de ahí la importancia de estructurar una estrategia de venta integral y coherente.

En cuanto a las compras colectivas, son otra consecuencia de la web 2.0 y de la concepción de la adquisición de productos como un fenómeno social por naturaleza, algo que no puede perderse de vista «por muy digital que sea el contexto en el que tiene lugar». Al atender a este elemento, las redes sociales se convierten en un aliado a la hora de trasladar la experiencia de compra colectiva dentro de cualquier espacio de venta online.

Básicamente, se trata de facilitar, desarrollar y renovar todas aquellas herramientas tecnológicas que permiten a los internautas compartir las compras con sus familiares y amigos, pedir opinión sobre posibles adquisiciones o crear foros de debate, como funcionalidades que ayudarán a dotar cualquier plataforma de venta de un componente social.

Baquía sostiene finalmente que si bien el comercio electrónico marcará la agenda de la mayoría de empresas en los próximos años, lo cierto es que cada vez más, estas compañías deberán evolucionar hacia las necesidades del nuevo comprador, que «demanda un proceso de compra social y personal que le permita tomar decisiones de manera fácil, rápida y con criterio».


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