Desde hace casi una década, la tremenda expansión del correo electrónico y su asentamiento paulatino en las formas de compra-venta del usuario de Internet, han hecho necesario que los instrumentos para optimizar este modelo de negocio también se hayan ido perfeccionando. Para conocer los diferentes tipos de e-commerce es necesario partir del hecho de que se trata de una actividad disponible en la Red las 24 horas del día y prácticamente accesible desde cualquier parte del mundo, lo que ha hecho potenciar las ventas de las empresas, y con ello, buscar nuevas fórmulas de marketing, relaciones públicas y publicidad, perfeccionadas conforme ha ido avanzando el siglo XXI.

El denominado B2B (Business To Business) es una de esas modalidades que se ha consolidado a lo largo de los años, es decir, la relación de comercio electrónico de empresa a empresa, entre distribuidores y comerciantes, por ejemplo, a través de una plataforma específica, un portal como punto de acceso a la World Wide Web, de carácter corporativo y de acceso a Internet o motores de búsqueda. Este portal actúa como una base para los empleados, clientes, proveedores y otros socios de una empresa para acceder a la información corporativa y servicios web. No se trata de la página propia desde donde se ofertan los servicios o productos on-line, sino del sitio interrelacionado con otras empresas afines al sector empresarial de turno.

De esta forma, las ventajas del B2B son enormes, con un impacto inmediato en la productividad de la empresa, siempre que se apliquen una serie de fórmulas registradas por expertos: aumentar los ingresos de servicios de valor añadido para los clientes, introducir una cadena de suministro para reducir el coste de procesamiento de órdenes, optimizar estos canales en línea para que el precio de adquisición de clientes ayude también a generar nuevos clientes, permitir el acceso en tiempo real y actualizar la información en el portal específico, y mejorar la capacidad de servicio al cliente para mantener una interacción constante.

Es en este último caso donde entramos ya en el terreno de otra fórmula de e-commerce como es el B2C (Business To Consumer), de empresa a consumidor, otra modalidad donde son las redes sociales las que cumplen un papel fundamental, mucho más relevante que en el B2B. Porque en el caso de las relaciones con el consumidor final, la empresa realiza una labor en vertical, inversa a la horizontalidad que preside el Business to Business, y para ello, debe hacer uso del marketing viral y los Social Media, donde se encuentra el mayor foro de potenciales clientes.

Otras formas de comercio electrónico las encontramos también en el C2C, de consumidor a consumidor, en páginas web de intercambio o trueque de productos y servicios; y otras con carácter institucional en el B2G (Business To Goverment), donde  en la mayoría de los casos los procesos on-line están sometidos a concurso, licitaciones y concesiones públicas.


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