El cine nos ha dejado muchas películas sobre inventores, empresarios y emprendedores de todo tipo. He aquí cinco largometrajes que resultan especialmente interesantes porque tratan sobre las pequeñas startups convertidas en grandes empresas que muchas veces empezaron, literalmente, en un garaje, en un dormitorio del campus de una universidad o a base de sudor y lágrimas.

TheSocialNetwork

La red social (2010) de David Fincher. La historia de la creación de Facebook es sin duda la mejor historia de startups, cinematográficamente hablando. Dirigida por un auténtico maestro y con Jesse Eisenberg como protagonista, cuenta cómo la red social comenzó como algo «un poco diferente» en un dormitorio de Harvard. Repasa todas las situaciones de amistad y negocios ene sus inicios – y cómo se copiaron ideas, se litigó y se traicionó. Los más viejos del lugar recordarán cómo Facebook era originalmente algo solo para universitarios y que cuando surgió en 2004-2005 solo era accesible desde Estados Unidos. De ahí a su popularización mundial y salida a bolsa valorada en 104.000 millones de dólares pasaron menos de diez años.

Jobs

Las películas sobre Steve Jobs y Apple. Aquí hay que agrupar tres títulos: Jobs (2013) de Joshua Michael Stern; Steve Jobs (2015) de Danny Boyle y la menos conocida Piratas de Silicon Valley (1999) de Martyn Burke. Todas ellas tienen como protagonista la mítica figura de Steve Jobs, asociada indefectiblemente al nacimiento de Apple –la mayor empresa del mundo en estos momentos– en un garaje de Silicon Valley. Además, reflejar el verdadero carácter de Jobs es difícil pues su lado malo, infantil y vengativo eclipsaba muchas veces al positivo – algo que es más fácil de entender leyendo las diversas biografías que hay sobre él. Como suele suceder en estos casos, hay una parte de historia y una parte de ficción. Dado que además todas las películas acaban a principios de los años 2000 (con la llegada de los iMac o del iPod) parecen, en parte, «historias inacabadas». La de Danny Boyle se considera cinematográficamente la mejor, seguida curiosamente de la de Martyn Burke que es probablemente la más precisa históricamente. La versión de Stern, eso sí, es la que quizá mejor refleja la sensación del «pequeño garaje que crece exponencialmente» y da esa sensación de startup auténtica.

PrimerMovie

Primer (2004) de Shane Carruth. Es probablemente la película más desconocida de la lista, seguramente por ser una producción independiente de bajo presupuesto. Sin embargo, en esta historia de ciencia ficción en la que unos jóvenes emprendedores descubren algo impensable en sus experimentos mientras trabajan en el taller hay muchos detalles interesantes. Es un fiel reflejo de esa auténtica «filosofía del garaje», con pequeños toques sobre cómo es el trabajo diario y también sobre cómo pivotar cuando el proyecto original cambia completamente.

Tucker

Tucker: un hombre y su sueño (1988) de Francis Ford Coppola. Esta vieja película resulta muy interesante porque es el fiel reflejo de cómo una startup puede fracasar pero, al mismo tiempo, ser tremendamente innovadora – hasta el punto de que muchas de sus ideas serán utilizadas en el futuro. Aunque la Corporación Tucker acabó desapareciendo, su modelo de coche más llamativo, el Torpedo Tucker, fue el primero en usar muchas de las innovaciones modernas: diseño, frenos de disco, botones junto al volante, chasis protector… ¿A alguien le recuerda a Tesla? Es una película interesante para ver las piedras antes de tropezar en ellas.

TheFounder

El fundador (2016) de John Lee Hancock. A veces se olvida que McDonald’s también tuvo su momento como startup. Este film cuenta la historia de Ray Kroc, el que fuera presidente de la emblemática cadena de restauración desde (casi) sus inicios. Esos duros comienzos recuerdan mucho a los del personaje de Will Smith en En busca de la felicidad (2006) como viajero vendedor de aparatos a «puerta fría» recorriendo polvorientas carreteras. Muestra varios momentos de inspiración cuando el negocio es muy del estilo startup, especialmente cuando descubre un local en el que venden hamburguesas mediante un nuevo concepto inventado por dos hermanos: «hacerlo siempre del mismo modo y en el menor tiempo posible» y debe escalarlo. A partir de ahí desarrolla el concepto de las franquicias y consigue con el tiempo «comprarles el negocio» usando estratagemas cuando menos cuestionables. También es importante la revelación de que el negocio ha de pivotar de la venta de hamburguesas al de las propiedades inmobiliarias –el mayor poderío de la corporación McDonalds y muchas similares– lo cual lleva al negocio a las máximas cotas de negocio.

OfficeSpace

Como extra, todavía nos queda otro título: Trabajo basura (1999) de Mike Judge. Concebida como película de humor cuenta la enrevesada historia de un grupo de amigos que trabajan en una megacorporación cuando, debido a azarosas razones, deciden embarcarse en un «proyecto peculiar» dado el hastío del día a día… Con desastrosos resultados. Dicen de ella que es la mejor película para entender la diferencia entre la gran corporación y los proyectos de las startups. O para animarse a empezar una empresa en cualquier garaje. Risas garantizadas, eso sí.


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