Los proyectos no siempre acaban bien. Y como promueve el dicho de que «de los errores se aprende», no está de más echar un vistazo a lo que esos proyectos, fundadores y empresas que tenían detrás para no cometer los mismos errores. Dado que la lista de «ideas geniales» que pueden surgir en todos los ámbitos es tan grande que es difícil que alguien no la haya puesto en marcha antes, al menos de encontrar una idea similar en estos análisis permite extraer alguna noción acerca de por dónde llegaron las dificultades (y si pueden superarse).

Esta es la idea tras Autopsy, una startup de Londres que se dedica a analizar lo sucedido con otras startups. «Lecciones y datos de las startups tecnológicas fallidas» es su lema. El resultado de sus investigaciones es una gigantesca base de datos con más de 2.000 casos de startups fallidas, de las cuales muestran de forma resumida algunos cientos para entender cómo se valoran los diversos factores.

La listas de autopsias procede de investigaciones propias y de aportaciones de la gente de Internet, que cuando experimenta un fracaso de forma cercana o lee sobre ello se lo envía a Autopsy para incluir en su base de datos. Los proyectos tienen que estar definitivamente muertos, cerrados, kaput. Junto al nombre –que enlaza con la web, la base de datos de empresas de TechCrunch o alguna cuenta de redes sociales– se resume en una frase a qué se dedicaba la empresa y la causa del fracaso («historia completa»). En la mayor parte de los casos también aparece la cuenta de twitter de los fundadores, por si alguien quiere investigar más.

Entre estos proyectos se puede encontrar todo tipo de ideas, a cuál más peregrina: «su sistema para compartir salas de reuniones que no sea usan» (fracasó por problemas de seguridad), «locales para las ventas-flash» (planteamiento un tanto etéreo y poco definido) «un AirBNB para plazas de aparcamiento» (no se conseguía transmitir la idea a los potenciales clientes). La lista es enorme. Pero también tiene buenas ideas y fallos de ejecución o de otro tipo (financiación, equipo, mercado…)

Startup Failures
El hecho de contar con tan gigantesca base de datos permite a Autopsy realizar análisis interesantes, como el que tienen acerca de las principales causas de fracaso de las startups. Según Startup Genome el 92 por ciento de las startups fracasan tras los tres primeros años. ¿Cuáles son las verdaderas causas de este alto índice de mortalidad si se analizan los casos fría y numéricamente?

  1. No contar con el equipo adecuado. En ocasiones el equipo no es lo suficientemente bueno como para poner el proyecto en marcha. Otras veces se consigue demasiado dinero de inversores cuando el equipo no es el más adecuado. Esta causa es la que declaran el 20 por ciento de las startups fracasadas.
  2. Modelo de negocio equivocado. También prácticamente 1 de cada 5 startups aluden a que el modelo de negocio no estaba claro, era algo del estilo «bueno, ya veremos más adelante» o existen ciertas ideas que funcionan pero no otras, normalmente respecto a los ingresos.
  3. El producto no es un bombazo. Este también es un problema bastante común que hace que aunque sea lance un producto (ya sea una app, una web de comercio electrónico o algo similar) por alguna razón no supere ninguna expectativa y tras el lanzamiento pase simplemente desapercibido. El problema no es tanto que el producto sea malo – que las primeras versiones suelen serlo– sino que hay tanta competencia que es muy probable que el «factor bombazo» se lo lleve otro.
  4. El mercado no lo necesitaba. Hay ideas que parecen buenas pero en realidad… nadie necesita. Normalmente esto sucede porque la gente ya resuelve ese problema en concreto de otra forma. ¿Una aplicación para transferir fotos de un móvil a otro? Aunque no sea lo más indicado, la gente puede hacerlo por WhatsApp sin tener que instalar y aprender otra app (aunque sea gratis y mejor). Muchas veces las startups inventan necesidades que en realidad no existen para justificar su propia existencia.
  5. Ganó la competencia. Más o menos 1 de cada 10 startups cita este factor como el principal caso de su fracaso. Aunque esto sucede en todos los órdenes de los negocios Autopsy cita como ejemplo la enorme cantidad de startups que fracasaron después de que la idea del «llevar comida a casa» fuera monopolizada por Deliveroo y Uber Eats (algo que varió un poco de un país a otro según qué empresas lideraran en cada sitio).

Leer las lista completa de las autopsias que están publicadas –o suscribirse al boletín periódico, que además permite acceder al resto– es ver una versión cruel pero realista de lo duro que es lanzar un nuevo proyecto. Incluso si se está planteando una inversión importante, apuntarse puede ser buena idea si se está investigando en profundidad sobre alguna temática particular. Nada sienta peor que lanzar, fracasar y luego ver que ese problema ya se lo habían encontrado otras startups prácticamente iguales hace años.


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