Waze es una aplicación para móviles inteligentes que actúa como navegador GPS y de avisos de tráfico. Sin embargo, no es un tomtom cualquiera: fue diseñada con el concepto «comunidad de usuarios» en mente, y gracias a ello y a la evolución de varias versiones y varios años de desarrollo han hecho de ella una aplicación sólida y ciertamente popular.

Por un lado, Waze contiene los habituales callejeros y rutas para llegar a los destinos. La visualización de los mapas en 2-D y 3-D está bien resuelta y basta dejar la aplicación abierta para guiarse sin mayores problemas – incluyendo las llamadas instrucciones «giro a giro» tanto visualmente como mediante síntesis de voz (se puede descargar la voz en castellano). Una vez marcado el destino, el cálculo del Tiempo Estimado de Llegada es perfecto como un reloj.

Pero lo verdaderamente interesante de Waze son los extras: el primero y más relevante es el que prácticamente dio origen a la compañía: el estado del tráfico en tiempo real. El usuario puede marcar los atascos manualmente, avisando de este modo a los demás – probablemente también se registra automáticamente calculando la relación entre la velocidad del vehículo y la vía por la que circula.

Gracias a estos datos se puede ver el estado del tráfico de toda la ciudad con iconos sobre el mapa y también recalcular la ruta sobre la marcha y ofrecer alternativas a los conductores. Con los datos de origen y destino, dicen que Waze «aprende» de los recorridos más habituales de los conductores, ofreciendo sugerencias para mejorar la conducción. Se consigue, en definitiva, una navegación más inteligente gracias a la información que facilitan los dispositivos de los propios usuarios. Esto se traduce en un menor consumo de gasolina, un ahorro energético en cada viaje que a la larga se nota en el bolsillo al tiempo que ayuda a cuidar el medio ambiente.

Otras funciones que la comunidad puede aportar son «eventos inesperados» tales como accidentes, radares de policía (los mapas llevan ya una base de datos de las cámaras con radar fijas, así como de las velocidades máximas de las vías), coches de vigilancia de tráfico, obras en la calzada y demás. La única precaución: no utilizar nunca la pantalla para teclear mientras se está conduciendo, pues puede ser tan peligroso como enviar mensajes SMS a la hora de sufrir un accidente.

La cantidad de información varía de unos países a otros, y para España es más que razonable. Si el GPS del teléfono móvil es de calidad y tiene cierta precisión se llega fácilmente a cualquier destino. La información de cámaras, radares y velocidades límite está actualizada; la de los grupos de usuarios por barrios o zonas (pues también permite chatear con otros conductores), no tanto. Alguna función como comparar los precios de la gasolina requiere todavía de datos más completos, pero poco a poco, versión a versión, el servicio va mejorando. Esta es otra de las ideas de Waze relacionadas con la movilidad sostenible y el ahorro: indicar al usuario cuáles son las estaciones de servicio más cercanas y el precio de la gasolina en cada una de ellas, con lo que se puede repostar de forma óptima cuando sea necesario.

¿Lo mejor de todo? La aplicación es completamente gratuita. La compañía está completamente financiada -trabajan en ella casi cien personas– y en el futuro planean crecer y ganar algo de dinero con publicidad contextual, dado que el conocimiento de dónde están los usuarios, por dónde circulan o repostan gasolina tiene un alto valor para los potenciales anunciantes.


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