En la École polytechnique fédérale de Lausanne (EPFL) de Laussane (Suiza) trabajan en algoritmos para la coordinación de vehículos inteligentes en en las carreteras del futuro. La forma en la que lo están haciendo incluye una sabia decisión: los vehículos pueden hablar y comunicarse entre sí, aunque no todos los vehículos sean autónomos de nueva generación. Eso requiere suponer que algunos irán conducidos por humanos y no tendrán tantas posibilidades técnicas. De hecho los escenarios que manejan incluyen una combinación en la que hay tanto coches como camiones automáticos o manuales.

El objetivo general es la eficiencia: optimizar la circulación de los vehículos para por un lado reducir el consumo, mejorar la circulación y también conseguir mayor seguridad. Aunque puede que esto no se consiga plenamente (hay un proyecto europeo para 2030) las tecnologías denominadas V2V, de vehicle-to-vehicle (vehículo-a-vehículo) y las comunicaciones inalámbricas 5G –más rápidas y con menor retraso, a veces incluso directamente de unos dispositivos a otros, como dos o más coches– ayudarán a ello.

En el proyecto que estudian los ingenieros de la EPFL se incluye el concepto informático de los «sistema heredados», en este caso los vehículos tradicionales que ni tienen posibilidades de comunicación con otros ni son conducidos de forma autónoma. Los algoritmos matemáticos inteligentes se diseñan pues de forma modular, de modo que funcionen bien cuando todos los vehículos puedan coordinararse pero también cuando algunos componentes se comporten de forma independiente (por ejemplo porque están conducidos por humanos o simplemente no se comunican).

Los modelos y simulaciones creados por ordenador luego se prueban en demostraciones prácticas en carretera. En una de ellas hay tres vehículos: un camión autónomo, un coche autónomo y otro coche manual equipado con una interfaz independiente para comunicarse con los dos primeros, una especie de «extra» con el que se podría equipar a los coches actuales. Las pruebas se realizan en circuitos cerrados, por seguridad.

En estas demostraciones se pueden ver escenarios realistas, como carriles de incorporaciones o de salida de una autopista, en los que en el convoy de vehículos (una configuración típica) viajan todos a la misma velocidad precedidos por el camión, buscando una mejor aerodinámica y un menor consumo de combustible.

Con esta idea dicen los expertos que las marcas y los gestores de flotas de vehículos pueden trabajar para enfrentarse a lo inevitable: la llegada de los vehículos autónomos de todo tipo. Pero al mismo tiempo es una idea suficientemente flexible como para incorporar a los vehículos «heredados» del pasado en la carretera que durante años seguirán ahí y que no cuentan con esas tecnologías. Desplegar este tipo de sistemas mixtos antes de que todos los vehículos sean autónomos podrá suponer una gran ventaja.


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