Cuando se habla de comercio electrónico muchos expertos tienden a concentrarse en diversos aspectos del negocio, en el tamaño y variedad de los catálogos, en los precios y descuentos, en las campañas de márketing y posicionamiento… Pero hay un aspecto que muchas veces queda olvidado o relegado a un segundo plano –a pesar de que es algo que todo el mundo debería haber aprendido en parvulitos de Internetel tiempo de carga de las páginas.

Y es que se sabe desde hace décadas que cuando los potenciales clientes navegan por la Red tienen una capacidad de atención y paciencia limitadas, que puede cuantificarse en unos pocos segundos. Si la página que están visitando no interactúa rápidamente en ese tiempo, ¡adiós! La persona se irá a otra página, ya sea buscando en Google, haciendo un clic o eligiendo un marcador de los Favoritos. Como cualquiera que haya navegado un poco sabe, no hay nada más frustrante que los tiempos muerto de espera en los que una página parece estar «haciendo algo» y no responde.

Esta es la dura realidad: a los visitantes y clientes les importa poco si los cálculos que hay que realizar en los servidores son complejos, delicados o consumen mucha o poca CPU; si una búsqueda en una lista de ofertas de viajes se vuelve demasiado compleja como para ordenarla por precio además de por destino y aerolínea, o si el sistema de comercio electrónico debe acceder a servidores externos para actualizar los precios o comprobar disponibilidades. Lo quieren rápido y lo quieren ya. O se van.

Para no olvidarse de lo que los expertos denominan simplemente tiempo de carga de las páginas, se pueden hacer algunas pruebas muy sencillas, cuyo objetivo es calcular el tiempo que los visitantes necesitan realmente para ver las páginas. Hay un montón de herramientas gratuitas de las cuales he seleccionado tres que me han parecido significativas en diversos aspectos y muy completas – aunque hay muchas más del mismo estilo y son fáciles de encontrar:

1. Pingdom Tools: Load Time. Es la versión más básica de las herramientas de cálculo de tiempo de carga. Se teclea la dirección de la página, normalmente la portada, y la respuesta es un gráfico en cascada, además de algunos datos resumen. En el detalle de las peticiones a la página (requests), puede verse cada objeto (texto, gráfico, icono, etc.) que el cliente pide al servidor web, en qué orden y en cuánto tiempo se envía. Es la parte más importante a analizar: permite descubrir los cuellos de botella (imágenes demasiado grandes, scripts que podrían optimizarse, peticiones de elementos externos de otros sitios como adservers, redes sociales o redes de afiliación que pueden ralentizar la tienda…

El objetivo es descubrir lo que más tiempo consume y eliminarlo o cambiarlo para reducir el tiempo total de carga al mínimo. Hoy en día se pueden eliminar muchos objetos gráficos, cambiándolos por texto o diseños CSS/HTML5 y agrupar las imágenes en sprites para que se carguen una sola vez y ocupen menos, por ejemplo. ¿Y todo ese festival de iconos sociales? Tal vez no sean necesarios, especialmente si ralentizan tanto la página que básicamente hacen que los usuarios se vayan a otras tiendas.

Respecto a los datos generales que muestra en grande Pingdom, tales como el tamaño de la página (page size), el tiempo total (load time) y el número de peticiones (requests) tan solo se puede decir que cuanto más bajos los valores, mejor. Tiempos máximos de 1 ó 2 segundos en carga son óptimos; más allá de 3 segundos se corre el riesgo de perder al cliente un alto porcentaje de las veces. Los objetos deberían ser menos de 100, idealmente menos de 50 y las páginas deberían pesar menos de 1 MB, idealmente unos pocos cientos de KB. Para los diseñadores de tiendas y sitios web con una gran componente visual esto es todo un reto, pero nadie dijo que triunfar en Internet fuera fácil.

2. Google: PageSpeed Insights. A día de hoy es la versión supervitaminada de las calculadoras de tiempos de carga, pero con una ventaja: explica cientos de detalles técnicos sobre cómo acelerar las páginas. Si la puntuación del PageSpeed Score de una tienda –un valor de 0 a 100 que resume todos los detalles– está por debajo de 80, tiene un problema. Lo ideal debería estar por encima de 90, pero hay que reconocer que es muy difícil de conseguir.

El resumen de consejos a seguir mostrará algunas cuestiones básicas: comprimir ciertas imágenes, minimizar el HTML, el CSS y los scripts… casi todo son consejos muy técnicos que es mejor hacer llegar a los programadores que hayan creado la tienda, pidiéndoles su experta opinión al respecto.

Entre las mejoras más relevantes que Google suele proponer está activar la compresión de datos del servidor: esto hace que todos los objetos que se envíen ocupen menos, algo que es posible gracias a los estándares desde hace años, pero que en ocasiones viene desactivado en las instalaciones de muchos servidores. Del mismo modo, puede sugerir utilizar ciertas fechas de expiración para la caché de las imágenes y scripts, combinar imágenes en sprites y utilizar diversas técnicas de carga para el código JavaScript. Esto último no disminuye el tamaño de las páginas, pero sí la sensación de que la página ha cargado antes – sencillamente porque el «primera pantallazo» se ve al instante, mientras se cargan otros contenidos.

3. Load Impact. Esta herramienta, como otras similares, está disponible en una versión gratuita vía web y otra de pago de mayor capacidad. Básicamente chequea cualquier sitio web, como una tienda, para estudiar su comportamiento cuando muchos usuarios están visitándola a la vez. En la práctica, envía peticiones desde distintos servidores simulando gente que entra masivamente, en pequeños incrementos. Asimismo, mide los tiempos de respuesta y se pueden comparar con otros sistemas analíticos que haya instalados en el servidor. El objetivo es estudiar cómo varía el tiempo de carga cuando las condiciones cambian: nadie quiere morir de éxito debido a una promoción, una campaña de marketing o una bendición casual de Google para un término de búsqueda de moda, así que mejor estar preparados.

Un último recordatorio: todos estos factores no solo contribuyen a mejorar la experiencia de los visitantes, también pueden tener su influencia en el posicionamiento de las páginas de las tiendas en el buscador de Google. Desde hace tiempo, responsables de Google han estado anunciando que su fórmula secreta premiará y dará prioridad, entre otros factores, a las páginas que mejor experiencia proporcionen a los usuarios, incluyendo tener tiempos de respuesta rápidos. Otra razón de peso para no olvidarse de cuidar los tiempos de carga y tener una tienda en línea web que sea rápida a la vez que bonita y eficiente.


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