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El comercio electrónico o ecommerce ya lleva unos cuantos años entre nosotros. Su evolución es imparable, y cada nuevo año aumenta su «cuota» de ventas en el mercado global. A pesar de que las personas compran, en su mayoría, en las tiendas físicas aunque consulten y comparen online, el cliente de ecommerce es fiel y cada vez arrastra más y más compradores.

En un mundo tan cambiante como este, cualquier detalle es muy diferente hoy a como era hace 10 años: desde las propias tiendas online, los precios y los gastos de envío, y también los métodos de entrega. Una tienda actual no tiene nada que ver con las que peleaban por ganar clientela hace una década.

Las tendencias actuales en distribución del ecommerce

  1. La última milla y la distribución en la ciudad: cada vez más, los plazos de entrega rozan las 24 horas casi a nivel nacional (o al menos es posible realizar esas entregas físicamente en menos de un día), y el único problema serio es conseguir completar la entrega en el primer intento. La congestión, lo impredecible del tráfico en muchos casos y la agitada vida urbana hacen necesario articular métodos para conectar con el receptor del paquete: SMS avisando de una entrega inminente; códigos de seguimiento (track & trace) y otras estrategias para aumentar las probabilidades de entrega al primer intento.
  2. Flexibilidad de entrega por franjas horarias o en días «improbables»: ofrecer al receptor del envío opciones de entrega (por franjas horarias, como por ejemplo antes de las 10:00, entre las 16 y las 18…) o en días del fin de semana (sábado principalmente, pero también los domingos) son estrategias para conseguir más eficiencia de entrega. Incluso en algunos casos se puede entregar un paquete con prioridad pagando un extra. Las estrategias son muy diversas, pero persiguen mejorar los tiempos de entrega y, sobre todo, la eficacia de la misma.
  3. Agregadores e intermediarios: en el caso de tener un negocio muy pequeño es viable asociarse con otros vendedores para conseguir mejores precios de distribución, u optar por un intermediario que distribuya nuestros productos. La desventaja: el intermediario se lleva un porcentaje del margen.
  4. Puntos de conveniencia: a veces es interesante plantearse el hecho de recoger el envío personalmente y no esperar al reparto. Esto no significa perjudicar a la empresa de transportes, pues el reparto se ha de hacer igualmente (al punto de conveniencia), sino agilizar el reparto final al disponer de un lugar de recogida oficial, al que el receptor puede acudir cuando mejor le venga.
  5. Click & Collect: es una variante del punto anterior, pero se refiere más a empresas que disponen de lugar físico y tienda online, en las que un cliente puede comprar online, pero recoger en una tienda física de la empresa. Esto conlleva normalmente beneficios para el comprador (menor coste de envío, o envío a coste cero), y para la tienda, que puede conseguir más ventas por el simple hecho de que el cliente pase a recoger.

Y esto no es todo, porque casi cada día nos encontramos con nuevas estrategias que pretenden aumentar la eficiencia de entrega (es decir, conseguir entregar el envío en el menor tiempo posible y sin problemas, al primer intento). De hecho, es posible que en el futuro nos encontremos con métodos de entrega en nuestro propio maletero, y de manera autónoma. Pero eso ya es cosa del futuro.


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