Muy probablemente el concepto de Internet de las Cosas  le resulte familiar a cualquier lector, aunque en ocasiones sin saber con precisión a qué nos referimos. En la web Red Hat nos dan una definición muy sencilla: es el proceso que permite conectar elementos físicos cotidianos a Internet.

Podemos estar hablando de un electrodoméstico o de una bombilla, pero también de objetos que en un principio no relacionamos con la tecnología, como una prenda de ropa. Nos ponen como ejemplo un termostato inteligente en nuestro hogar que, conectado a un automóvil, empieza a calentar nuestra casa antes de que lleguemos a ella.

Otro ejemplo cotidiano, ya presente en muchos hogares, sería un frigorífico conectado, que puede ser controlado a distancia y te avisa de problemas o cortes en el suministro eléctrico. Incluso te permite programar la compra y reposición de algunos productos a medida que se van acabando.

Internet de las Cosas y Logística

Una de las primeras aplicaciones que tuvo el Internet de las Cosas en la logística, hace ya algunos años, fue el uso de etiquetas RFID (Radio Frecuency Identification). Esta tecnología, nos lo cuentan en el blog de Tecnipesa, va un paso más allá de los sobradamente conocidos códigos de barras, ya que permite hacer el seguimiento en tiempo real de cualquier producto que entre o salga de un almacén. Las etiquetas incluyen un chip que almacena nueva información sobre el producto cada vez que es necesario. En cambio, los códigos de barras muestran una información “estática”. Internet permite acceder a las bases de datos alimentadas con esa información.

Pero esto se puede considerar como el primer paso dado. Actualmente el Internet de las Cosas tiene identificadas aplicaciones en diversas áreas de la logística, tanto en la cadena de suministro y en los almacenes, como en campos tan relacionados con la mensajería como el control de la flota de vehículos de reparto y en la (tantas veces mencionada en este blog) última milla.

Digitalización, sensores y máquinas inteligentes

Dicen los expertos que la cuarta revolución industrial (industria 4.0) es la digitalización. Esta viene marcada por tecnologías como la robotización, la inteligencia artificial, el blockchain y la que hoy nos ocupa, el Internet de las Cosas. Ramón García, director de Innovación y Proyectos del Centro Español de Logística (CEL) hace un especial hincapié en el gigantesco esfuerzo de adaptación que ha hecho el sector de la logística durante la crisis sanitaria. En el diario El País mencionan a modo de ejemplo como SEUR pudo adaptarse a la gran demanda logística de los últimos meses gracias a su sistema de previsión de producción.

En el mismo artículo nos recalcan como los dispositivos y sensores de IoT permiten automatizar la logística, medir el flujo logístico y controlar los movimientos y la seguridad. Se está trabajando en sensores más avanzados, para vehículos automatizados y robots. Las posibilidades son infinitas.

Otro concepto con el que nos tendremos que familiarizar es el de las máquinas inteligentes, que serán todas aquellas que interaccionen con otros dispositivos y/o proporcionen datos a través de una red, ya sea privada o Internet, como explican en este artículo de el diario El Mundo. Nos ponen como sendos ejemplos carretillas y plataformas elevadoras, inteligentes, por supuesto. Dicho de forma coloquial, ellas son las protagonistas del Internet de las Cosas.

Así mismo, en el transporte también podríamos hablar de vehículos autónomos y de sistemas de optimización de rutas. Aunque en el artículo nos citan la optimización de la gestión de pedidos, poniendo como ejemplo el control de la temperatura de una cadena de frío.

Internet de las Cosas y la Cadena de Frío

De hecho, el servicio de transporte de productos frescos SEUR frío supone un claro ejemplo de la aplicación y uso de la tecnología para fortalecer la calidad y seguridad de la cadena de frío de origen a destino. SEUR frío garantiza el control de la temperatura de los productos refrigerados entre los 2 y los 8 grados centígrados, desde el momento de la recogida hasta el momento de entrega. Además, el aumento de la demanda y actividad de este servicio de transporte, impulsado por el efecto acelerador de la pandemia, ha permitido la optimización de la tecnología empleada.

La tecnología elegida ha sido el Internet de la Cosas, concretamente la tecnología de comunicaciones Narrow Band. Lo explica en el siguiente vídeo Marian Illera, directora de Transformación y Tecnología de SEUR. Este sistema resuelve la necesidad de conectar muchos activos y otorga ventajas como una buena cobertura a los dispositivos que controlan la temperatura.

Por lo tanto, no solo se controla la temperatura del envío durante todo el trayecto, sino que también se mantiene su trazabilidad en todo momento. En este mismo blog ya hemos hablado de la importancia de los sensores de temperatura necesarios tanto en los almacenes como en los contenedores. Y también en los vehículos que se dedican al transporte a temperatura controlada, especialmente de alimentos perecederos. En el caso de SEUR se están utilizando un total de 1.600 dispositivos de control de temperatura, que son en este caso los protagonistas del Internet de las Cosas.


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