Cuando en este blog se tocó el tema “los espacios logísticos del futuro” se habló de, entre otros aspectos, los urban hubs, la automatización, el big data e incluso de novedosas formas de entrega de paquetes, como los drones. Quedó pendiente un aspecto más, que como en otros ámbitos del mundo empresarial, e incluso de la vida diaria, cada vez va a ser más importante: el papel que va a lugar en el campo de la logística la inteligencia artificial (IA).

¿Pero qué es la inteligencia artificial?

Para aquellos que sean profanos en la materia este blog recomienda encarecidamente la lectura del artículo de Vicenç Torra, publicado en la web de la Fundación General CSIC, donde nos explica, de forma muy didáctica aspectos como que la inteligencia artificial es una rama de la informática y que ha de cumplir las siguientes características: razonar y actuar como lo harían las personas y razonar y actuar racionalmente. El artículo avanza también algunas de las aplicaciones, en general, que puede tener la inteligencia artificial. Y sí, una de ellas es la robótica y es normal que a cualquier lector lo primero que le venga a la cabeza sea un robot antropomorfo con el que poder cambiar impresiones; pero en este artículo como norma general las referencias serán dirigidas a un software de gestión.

Aplicaciones en el campo de la logística: dentro del almacén

Ya se ha hablado en este blog en alguna ocasión tanto de la automatización como del uso de la robótica en los almacenes, que ya prácticamente todos funcionan utilizando el correspondiente software de gestión. El siguiente paso es que entre en liza la inteligencia artificial refinando más aún el trabajo que hace el software. Como nos cuentan en el blog de Mecalux los nuevos softwares tendrán que analizar patrones con el objetivo de que se puedan introducir variaciones en el circuito para adaptarse a cualquier circunstancia. Estaremos hablando entonces de una completa automatización de nuestro almacén.

En un almacén realmente eficiente la IA no solo controlaría el movimiento de las mercancías, sino también las rutas que hacen los propios empleados cuando llevan a cabo su trabajo. Se trata, en definitiva, de racionalizar todo movimiento que tenga lugar dentro del centro de trabajo.

Aplicaciones en el campo de la logística: fuera del almacén

En el blog de beetrack nos hablan de la optimización en las rutas de transporte. En realidad es algo parecido a lo ya comentado al hablar de la automatización del almacén, salvo que en este caso estamos hablando de elegir la ruta más rápida y segura en cada caso y de que la inteligencia artificial, fruto de su aprendizaje y del estudio de patrones, sea capaz de seleccionar la ruta en cada momento, en función de circunstancias como el tráfico y la climatología. El artículo nos habla de un caso práctico: el de la empresa asiática Alibaba que, gracias al uso de un “software inteligente”, ha logrado reducir en un 30% las distancias recorridas y en un 15% el uso de los vehículos. Hay que tener en cuenta que el proceso de entrega supone una buena parte del coste del envío que se le repercute a un cliente; si reducimos dicho gasto se podrá cobrar menos al receptor del paquete.

En InfoRetail nos explican algo sabido: que hay determinadas épocas del año en las que las compras se disparan, a veces durante semanas, (Navidad), o a veces en el entorno de un único día, (Día de la Madre, San Valentín…). Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial, que puede ayudar a una empresa a predecir las tendencias de consumo de los productos que vende. La empresa podrá planificar mejor, anticipar qué volúmenes de mercancía va a mover y qué personal va a necesitar para dar servicio en épocas concretas del año.

Más encasillados, quizás, en el ámbito del e-commerce, pero parte al fin y al cabo de la logística, están los chatbots. Se trata de un chat que atiende en una web al cliente que navega por ella, gracias a una inteligencia artificial capaz de resolver dudas e incluso de ayudar a hacer, de forma racional, la elección del producto que el visitante necesita. Una herramienta que cada día mejorará, ya que la IA aprenderá del comportamiento de anteriores clientes.

 

Queda en manos de los responsables de las empresas, de la parte de logística o de los responsables de los almacenes, (la inteligencia artificial podría usarse en una parte de logística, transporte o almacén, o en toda la cadena), decidir si el empleo de esta tecnología les va a resultar de utilidad o no.

Se ha hablado en el artículo de algunas de las aplicaciones. De ellas se pueden deducir algunas de las ventajas de su uso, como pueden ser el aumento de la precisión, reduciendo los errores, o el poder centrar al personal en otro tipo de tareas, mientras la IA toma las decisiones cotidianas. Estamos hablando también de reducción de tiempos y de costes, con el consiguiente ahorro para la empresa y el esperado aumento de la satisfacción en los clientes. Se mire por donde se mire la inteligencia artificial y la logística están condenadas a entenderse.


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