Cada vez hay más marketplaces y tiendas electrónicas promovidas por pequeños y medianos agricultores que buscan una forma alternativa para hacer llegar sus productos a los clientes finales que vivan cerca. Intentan solucionar la ecuación que implica a la llamada «compra de proximidad» con la finalidad de reducir la huella de carbono y dar impulso a alimentos frescos, «eco» y sostenibles. Teniendo en cuenta que según el E-shopper Barometer 2019 el 46% de los compradores habituales está dispuesto a pagar más por servicios respetuosos con el medio ambiente, parece una buena idea.

La «compra de proximidad» es algo que mucha gente puede plantear en su vida sin que suponga un gran esfuerzo. No es tan duro como prescindir del coche para desplazarse o invertir en una costosa instalación solar, pero indirectamente también tiene su impacto. Si bien es cierto que los precios de estos productos suelen estar por encima de los de los grandes supermercados, también hay diferencia en la calidad. En cierto modo, es un poco como la «experiencia gourmet» de la huerta –y algunas tiendan lo plantean así– pero con productos mucho más cotidianos, donde la fórmula de adquisición marca la diferencia.

En España han existido muchos proyectos de este tipo, algunos que ya cerraron como Mumumío o TuDespensa.com, básicamente porque se adelantaron a su tiempo: la gente simplemente no compraba frutas o verduras por Internet entonces. Hasta hace poco sólo el 2 por ciento de los compradores adquiría alimentos en tiendas online; en los últimos años según un estudio de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados esto ha crecido hasta el 31 por ciento (aumentando un 7% desde el año pasado) algo en lo que también han influido los confinamientos de 2020.

Muchos de estos proyectos son casi artesanales, como la agricultura que produce ese tipo de alimentos, y comparten ciertas características:

  • Se intenta destacar siempre la frescura de los productos.
  • Se hace hincapié en la producción sostenible y ecológica.
  • Los envíos llegan normalmente a los consumidores en 24 horas.
  • Para garantizar la frescura, solo permiten realizar pedidos ciertos días.
  • Un factor importante es la cercanía entre el lugar de producción y de consumo.
  • Se utilizan embalajes sostenibles mínimamente contaminantes.
  • Es habitual encontrar productos en forma de «cestas de temporada».

El «factor frescura» y su relación con los envíos es tan crítico que es importante fijarse en qué días preparan los pedidos las tiendas; al tratarse de productos frescos, no todos los agricultores sirven al público y envían todos los días (lo normal es de lunes a miércoles o jueves). Los procesos de recolección de estas huertas artesanales se planifican para que desde que los alimentos se recogen y llegan a casa no transcurran más de 24 horas.

¿Cómo es la relación entre la compra de proximidad y el ecommerce que la hace más sostenible? Según la Federación Española de Productores Exportadores de Fruta y Hortalizas (Fepex) el 40 por ciento de las frutas y verduras que consumimos en España procede de importaciones de otros países. Una forma fácil de entenderlo es que movilizar grandes barcos con bananas desde América o camiones con manzanas de la región de Turkestán no es precisamente lo menos contaminante y sano para el planeta. Y esto la gente lo sabe.

Sin embargo, ¿no se genera más contaminación al realizar los pedidos a través de tiendas de ecommerce, en vez de yendo a tiendas o supermercados en persona? El Green Design Institute ha calculado las equivalencias y descubrió que la «huella de carbono» por kilogramo desplazado es menor en el ecommerce de alimentación que en las tiendas tradicionales. La clave es que el ecommerce elimina intermediarios y con ello la huella de carbono que supone transportar por todo el mundo y almacenar productos en tiendas y supermercados (con sus grandes cámaras frigoríficas). Por otro lado, también se elimina la huella de CO₂ del lado de los compradores, que no tienen que desplazarse a esas mismas tiendas y grandes centros comerciales en sus coches, por lo general.

Otro aspecto sostenible es el de la presentación y formato de envío; en la compra de proximidad los compradores reciben menos «embalajes sobrantes»: las cajas se optimizan para el pedido en su conjunto, no para cada producto individual como en el supermercado (con sus plásticos, cartonaje, etcétera). Por poner un ejemplo, en el caso de las «cajas de temporada» es normal recibir 6 u 8 kg de frutas y verduras en la misma caja, todo bien protegido pero sin decenas de embalajes y plásticos que reciclar.

A modo de ejemplo, Exotic Fruit Box es una tienda de este tipo que produce todo tipo de frutas exóticas en sus fincas en la Axarquía (Málaga). Las ofrece de un día para otro de modo que lleva los productos de su huerta a la mesa de cualquier punto de España en 24 horas. Utilizan cajas de cartón especiales precitadas y un servicio de envío en frío para garantizar la calidad y frescura de los productos.


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