Hyperloop Washington (PRNewsFoto/Hyperloop Transportation Tech.)

Elon Musk es una de las mentes pensantes que hay tras Hyperloop, el nuevo medio de transporte del que hablamos por aquí el año pasado: un gigantesco y larguísimo tubo al vacío por el que circulan cápsulas a modo de pequeños transportes. Este interesante personaje está detrás de un montón de proyectos futuristas y sostenibles, especialmente en el mundo de los automóviles eléctricos, la tecnología aeroespacial, la energía solar, los satélites e incluso la expansión a otros planetas. Una de sus mejores características es que traza planes como quien dibuja nubes en el aire y sus proyectos acaban siendo tangibles al cabo de unos años, cuando no meses: ahora mismo sus coches circulan por las calles, sus cohetes vuelan y el Hyperloop va viento en popa.

Según explican desde la empresa actualmente ya cuentan con 400 profesionales trabajando en la tecnología e infraestructura de este nuevo medio de transporte. Los tubos de vacío ya están siendo probados (y no meramente a escala) y el plan apunta a 2016 como el año en el que deberían haberse completado todos los avances más importantes.

Cuando Hyperloop Transportation Technologies, que es el nombre completo de la empresa, llegó a un acuerdo con propietarios de terrenos en el Valle Central de California estaba reservando el espacio necesario para probar a gran escala el proyecto. Un equipo de arquitectos de la firma Craig Hodgetts of Hodgetts + Fung trabaja en el diseño de las torres de soporte para los grandes y kilométricos tubos dentro de los cuales viajarán las cápsulas a más de 900 kilómetros por hora.

En este vídeo de El futuro es One Dirk Albhorn explica cómo puede cambiar Hyperloop la vida de la gente y algo de la tecnología del proyecto: levitación magnética, muy poca presión en el interior del tubo y por tanto muy poca resistencia; la energía no es problema (además es completamente limpia: eólica y solar) y las principales limitaciones son las aceleraciones de 1G «hacia atrás» y 0,5G laterales – puesto que más que eso resultaría molesto y quizá peligroso para la cápsula.

Una forma fácil de entender el alcance de un proyecto así es imaginar que el trayecto Madrid-Barcelona se pudiera realizar en tan solo 30 minutos y fuera notablemente barato. ¿Dónde vivirías? ¿Te importaría ir y volver a reuniones, o simplemente a pasar un rato a lo largo del día? ¿Cómo modificaría esto el precio de los alquileres, viviendas y terrenos? Si hay suerte en 2016 veremos Hyperloop en funcionamiento y hacia 2018 la gente podrá comprar sus billetes para ir de algunos sitios a otros.


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