El próximo mes de septiembre se reunirán en Nueva York expertos del campo de la logística, la ciencia de datos, la innovación y el transporte en el evento Strata + Hadoop World que organiza el grupo de publicaciones técnicas O’Reilly desde hace años. Entre otros habrá sobre el estrado representes de Lufthansa, Unisys, Mapbox y Synapse – una interesante combinación de empresas tradicionales y de nueva generación. En una entrevista previa algunos de ellos han adelantado algunas de las ideas más relevantes acerca del futuro tecnológico aplicado a la logística.

En cuando a los puntos clave de la logística en los que la tecnología puede ayudar más en los próximos años están el seguimiento de los envíos internacionales (para evitar retrasos y con ello la «pérdida de valor» para los bienes de las empresas) y la posibilidad de crear modelos predictivos de los tiempos de transporte y entrega. Se sabe además que los clientes tienen poca paciencia con los fallos de transporte porque son conscientes de que toda esa información está disponible –algo que también se aplica a los viajes– de modo que esperan que todo se resuelva sin apenas su intervención o, al menos, al igual que pueden hacer directamente desde el móvil.

Los datos que se manejan indican que una de cada pequeñas y medianas empresas españolas ya vende a través de Internet y que esas tiendas necesitan que las empresas logísticas se integren con sus sistemas para facilitar la gestión de los envíos (y devoluciones).

¿Qué podremos ver en la próxima década que hoy en día no existe? Probablemente una mayor necesidad de reducir la huella de carbón contaminante de forma drástica; una demanda de servicios más personalizados por parte de los clientes y grandes dificultades para las empresas logísticas para cumplir con todo esto debido a los atascos de las ciudades y otras infraestructuras en zonas más densamente pobladas. También es probable que surja la necesidad de tomar decisiones más relevantes a nivel político y de entidades locales (por ejemplo con los coches autónomos o los drones), en general para resolver casos y problemas específicos.

Las pequeñas tiendas valoran especialmente el «control total» sobre sus envíos, para que los clientes finales puedan decidir cuándo, dónde y cómo recibir su pedido. La interactividad y la omnicanalidad también están entre los aspectos más valorados.

Entre otros ejemplos que se escucharon en la conferencia se puede hacer un paralelismo con los viajes cada vez más complejos en los que los usuarios pueden reservar billetes de avión, coches de alquiler, trazar rutas por la ciudad e interconectar entre diversos medios de transporte las ciudades deberán ser más inteligentes para lograr que los diversos sistemas interactúen entre ellos. Esto también tiene que ver con que los usuarios cada vez buscan formas más baratas de desplazarse, ya sea en transporte público, bicicleta, coches compartidos y demás. Facilitar a los ciudadanos todo esto y diversas soluciones alternativas para el transporte de bienes y mercancías o las entregas en los domicilios particulares o las empresas será algo que prácticamente se exigirá a los ayuntamientos dado que muchas de las infraestructuras de que eso depende provienen de los impuestos.


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