Los dispositivos tecnológicos que llevamos en nuestro cuerpo son cada vez más avanzados y futuristas, ya sean smartwatches, visores de realidad virtual o auriculares envolventes. Pero una cosa es verlos en las películas o en los laboratorios de investigación y otra muy distinta usarlos en el trabajo diario. Para comprobarlo, el equipo de DPD Alemania ha puesto en marcha un proyecto piloto para probar en situaciones cotidianas los exoesqueletos robóticos Cray X de German Bionic. Estos futuristas artefactos se están dejando ver cada vez más en almacenes y fábricas, donde han llegado a calificarse como de «superpoder» y también a pie de calle en ciudades asiáticas como solución para desplazar grandes pesos de un lugar a otro con menos esfuerzo, más seguridad y evitando riesgos físicos.

La solución de Cray X es muy portátil y compacta, pero aun así proporciona buen rendimiento para el trabajo cotidiano a la hora de cargar y descargar grandes y pesadas cajas en camiones o almacenes. Sirve de ayuda cuando no se puede utilizar un brazo robótico u otros mecanismos porque el traslado de cajas u otros objetos ha de ser manual; en otros entornos más allá de la logística se utiliza para levantar sacos de cemento en construcciones o grandes neumáticos en talleres mecánicos.

Externamente tiene aspecto de mochila con una estructura de semi-arco alrededor a la altura de la cadera. Se ata con correas como un arnés y es fácil llevarla de un sitio a otro. Las baterías son estándar y el dispositivo está conectado a la IoT (internet de las cosas) para recopilar datos acerca de su estado y uso.

El objetivo principal de la Cray X es ayudar a recuperar la posición recta del cuerpo tras doblarse, haciéndolo de una manera proactiva y potente. Quienes la han probado dicen que la sensación es «como si alguien ayudara a tu espalda a levantarse» tras agarrar una caja pesada. Como ejemplo ponen una caja con cinco paquetes de hojas de papel A4, que puede pesar unos 12,5 kg y que resulta pesada para muchas personas pero es bastante más manejable con la ayuda del exoesqueleto.

Aunque levantar una caja no parezca una gran diferencia alguien calculó cuánto suponía de diferencia trabajar con o sin el exoesqueleto durante una jornada completa de trabajo (calculando la diferencia entre el peso real y el aparente). El resultado es llamativo: un ahorro de cinco toneladas que suponen haber hecho el mismo trabajo pero sin haber tenido que levantar 5.000 kg.

Este tipo de dispositivos no solo aumenta la productividad, sino que reduce el número de lesiones y accidentes y al mismo tiempo mejora lo que en las métricas de las empresas se denominan «ratios de error». La utilización de este tipo de accesorios va en línea con la idea de DPDgroup de que la tecnología debe servir para ayudar a las personas, no para reemplazarlas. Del mismo modo que con los dispositivos conectados a Internet podemos ampliar conocimientos al instante realizando una simple búsqueda, o con las bicicletas eléctricas recorrer mayores distancias sin cansarnos, estos exoesqueletos pueden considerarse una extensión útil tanto para nuestra salud como para mejorar el rendimiento general.


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