Pensando en qué estrategias pueden ser más beneficiosas para que nuestro proyecto de e-commerce tenga éxito, obviamente me ha tocado hablar del SEO. ¿Y por qué digo que “obviamente”? Pues porque yo soy SEO, me dedico a la optimización para motores de búsqueda y el posicionamiento en buscadores. Mi nombre es Fernando, aunque todo el mundo me conoce como Señor Muñoz, que además es el nombre de mi consultora SEO (si quieres saber algo más de mi, solo tienes que echarle un vistazo a mi CV)

Incluyendo el SEO en nuestro modelo de negocio

Partamos de la base de que el SEO no es un tráfico perenne y gratuito per séNo es gratuito porque o bien se tiene un buen profesional in-house, o se ha de contratar una empresa (o un consultor SEO freelance). Y no es perenne porque estamos sujetos a los vaivenes de los buscadores. Y aún así, es uno de los tráficos más baratos que puedes conseguir hoy en día.

Aunque a estas alturas de la implantación de Internet en la vida diaria de un negocio, el SEO es algo conocido para todos aquellos que quieren abrirse a la venta online, no está de más comentar qué es. La optimización para motores de búsqueda, el posicionamiento en buscadores o posicionamiento web es una técnica de mejora de las páginas webs y sus relaciones con otros sitios de Internet para incrementar la visibilidad en los buscadores (Google, bing, Yahoo…) El SEO no es ciencia oscura, ni magia, ni tiene una complejidad mucho mayor que cualquier profesión, sin embargo, es una de las estrategias mas beneficiosas para una web, sobre todo si esta es de comercio electrónico.

El posicionamiento en buscadores se logra realizando tareas de optimización de la web que se pueden dividir en estos grandes bloques:

  • Mejoras en la arquitectura de la web (cómo están ordenados los productos, cómo están los accesos a las categorías, a las familias…)
  • Mejoras en los contenidos (descripciones de los productos, información relativa a los artículos, a las familias de artículos, descripciones de las familias de los productos, exámenes y revisiones de productos, vídeos sobre su funcionamiento, títulos y metatítulos del proyecto…)
  • Mejoras en el rendimiento de la web (mejoras a nivel de servidor, a nivel de velocidad de carga de la web, a nivel de bases de datos…)
  • Mejoras en la estructura HTML de la web (dónde van los títulos, los contenidos, el etiquetado de las imágenes, los botones,…)

¿Qué aporta el SEO a un e-commerce?

Tráfico. Ingentes cantidades de tráfico. A poco que consigas posiciones clave para tus productos (cuando decimos posiciones claves hay que olvidarse de la segunda página de resultados) tu tienda, tu negocio, se hace visible a la gran masa de clientes que puede estar buscando tu producto. Imaginad que pudierais aparecer en la casa de cualquier persona que esté pensando en vuestro producto. Eso es SEO: aparecer ante los ojos del cliente en el momento que este lo necesita, que es cuando está delante del ordenador haciendo una búsqueda por necesidad.

¿Todo vale?

Ni de lejos. El SEO inmediato se llama PPC, y no es SEO. Ningún SEO puede asegurarte resultados, al igual que un abogado no puede asegurarte que te va a sacar del problema o un médico no puede asegurarte que tu operación va a salir bien el 100% de las veces.

Lo peor en estos casos es que una mala decisión en tu proveedor de SEO puede hacerte perder no solo el dinero que te has gastado en él, sino que puede hacer que tu web sea penalizada por mala praxis. Las empresas que tienen buscadores son celosos de la calidad de su producto (como no) y como tal, cualquier estrategia de alterar la excelencia de los resultados de los buscadores es una estrategia punible. Jugamos con sus cartas y con sus reglas, así que no es buena idea afrontar estrategias arriesgadas, ya que pueden llevarnos a la penalización y que nuestro canal de negocio SEO se vea perjudicado hasta límites de ser un canal que tiende a cero.

Imaginemos…

Imaginemos una bodega de Chiclana. Imaginemos el dueño de un restaurante en Zaragoza interesado en comprar vinos de Chiclana tras unas vacaciones fantásticas en la ciudad gaditana. ¿Creen ustedes, queridos lectores, que en Zaragoza habrá alguna bodega, vinacoteca o tienda de vinos que tengan un stock (ya no digo que tenga grandes cantidades) de estos caldos? Seguro que no. La solución es más que lógica: el amigo maño entra en Internet y busca “vinos de Chiclana” ¿Y qué encuentra? Diez resultados donde, a priori, puede comprar los finos, amontillados, moscateles y similares de las bodegas de la ciudad. En Chiclana hay 5 bodegas. Pues entre los 10 primeros resultados solo hay una de ellas. En Internet hay decenas de tiendas de vinos. Ninguna entre los 10 primeros resultados para esta variedad. ¿Cuánto les costaría un comercial a estas bodegas que viajara por toda España (o, si me apuran, por todo el mundo) vendiendo sus vinos? Pues a eso nos referimos.

Pero ¿me olvido de lo demás?

No, por favor. Todo es importante y todas las estrategias que afrontemos deben ir en la misma dirección. Es una tontería no aprovechar cualquier posibilidad ante la apertura de nuestro e-commerce: social media, ppc, email marketing,… y por supuesto, el SEO.

(Ésta es la primera parte del artículo. Se puede leer la segunda aquí)


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