Los vehículos autónomos, cerca de convertirse en una realidad

No cabe duda de que el parque de vehículos en toda Europa va a sufrir una transformación brutal en las próximas décadas. Y lo va a hacer a varios niveles. En primer lugar, empujados por las legislaciones restrictivas respecto a las emisiones contaminantes y por el afán de ser más sostenibles, los vehículos del futuro cercano van a ser eléctricos, funcionando gracias a baterías acumuladoras de energía (o a pilas de combustible de hidrógeno). Sirva como ejemplo la estrategia de SEUR y DPDgroup, que ya han desplegado en el año 2020 un total 1.163 vehículos de bajas emisiones y cero emisiones en Europa.

Y en segundo lugar, hablamos de los vehículos autónomos, un cambio algo más complejo por diversas razones, sobre todo en lo relativo a la seguridad vial, y que por lo tanto tardará más en ser palpable en nuestras carreteras. Incluso los más entusiastas con este tipo de tecnologías, como el propio Elon Musk, fundador de Tesla, en sus declaraciones más audaces, proponen un escenario en el que los coches autónomos sean una realidad generalizada situándolo dentro de 20 años. También es cierto, por otro lado, que diversas marcas ya están trabajando en los primeros lanzamientos de vehículos de este tipo.

Pero, vayamos por partes…

¿Qué es un vehículo autónomo?

La mejor estrategia para entender con exactitud qué es un vehículo autónomo es revisar la clasificación que estableció la Society of Automotive Engineers (SAE) de Estados Unidos, y que después ha sido aceptada por diversos organismos europeos, incluyendo la Dirección General de Tráfico española. Se puede consultar en multitud de rincones de Internet, como por ejemplo, en este interesante artículo de la revista AutoBild.

La clasificación establece un total de seis niveles, que van desde un nivel 0, que sería un coche “convencional”, hasta el nivel 5, que se correspondería con una conducción autónoma total, en la que no solo no es necesario conductor, sino que los vehículos autónomos estarían conectados en red. Las previsiones más optimistas de la industria no hablan de vehículos que estén encuadrados en este último nivel circulando por las carreteras antes del año 2030.

Pero mientras tanto, en un sector como el de la mensajería y la paquetería, que depende en gran medida de una flota de vehículos de reparto, una pregunta lógica es si pueden tener cabida en el futuro los vehículos autónomos. En DPD Alemania no se han limitado a formularse la pregunta, sino que han dado el paso de formar parte de un proyecto cooperativo, con socios de los ámbitos de la ciencia y de la industria, que busca las respuestas: el proyecto VanAssist.

El vehículo de reparto del futuro: proyecto VanAssist

Con esta iniciativa se pretende dar soluciones innovadoras a una situación que ya es una realidad, la ingente cantidad de paquetes que se mueve cada año en Alemania, que además va in crescendo, ya que se espera que para el año 2025 estemos hablando ya de 5.700 millones de envíos.

Parte de la solución viene de tecnologías de las que en muchas ocasiones se ha hablado en este blog: es imprescindible utilizar un buen software de navegación que optimice las rutas de entrega en la última milla. Siempre pensando tanto en la sostenibilidad y el respeto al medioambiente, como en la experiencia de cliente.

Sin embargo, lo original del planteamiento de VanAssist es que hablamos de vehículos autónomos que pueden circular solos, pero no de vehículos sin conductor. Es decir, el proyecto no busca sustituir a la fuerza laboral humana, sino ayudar al conductor a que su reparto sea más sostenible y eficaz, evitando además problemas cuando el tráfico es denso.

¿Cómo lo hace?

La solución es un vehículo de reparto autónomo que funciona en rendezvous mode, que se podría traducir como “modo de encuentro”. El vehículo, gracias a su software de navegación, puede ir de forma autónoma mientras el conductor entrega un paquete hasta el siguiente punto predefinido. Igualmente, cuando sea lo idóneo, puede “transportar al conductor” de un área de entrega a otra.

Resumiendo: el proyecto VanAssist busca facilitar el trabajo diario del personal de reparto de paquetería, nunca prescindir de trabajadores, a la vez que se optimizan las rutas, se evitan problemas de tráfico y se reducen las emisiones contaminantes. El conductor está en todo momento en contacto con el vehículo gracias a una aplicación de teléfono inteligente, y el sistema contempla el ajuste de rutas según las necesidades. La flexibilidad, por tanto, es uno de sus puntos fuertes.

¿Pasará el futuro del reparto por los vehículos autónomos? Parece una posibilidad muy plausible.


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