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Como sabéis, estamos en plena fase de recepción de candidaturas de Desafío SEUR y ya han llegado numerosos proyectos interesantes. Este concurso está lleno de ilusiones, las nuestras por encontrar un proyecto con futuro al que apoyar y la de muchos emprendedores que presentan sus ideas con las que quieren aportar un beneficio a la sociedad y por las que luchan cada día. Apostar por algo así no es algo a lo que se atreva todo el mundo, por eso se dice que los emprendedores son de otra raza, su forma de enfrentarse a la vida es diferente a la de los demás.

Pero entre ellos comparten muchos rasgos que hoy queremos destacar y que nos ayudan a identificar las mentes emprendedoras:

  • Se atreven a adentrarse en terrenos inexplorados. La máxima de cualquier emprendedor es “haz algo diferente”, y bajo ella se han creado algunas de las compañías más importantes a nivel mundial de la actualidad.
  • Sopesan las consecuencias antes de tomar una decisión. Saben que lo que se elija hoy marcará el futuro de su proyecto. Tomarse el tiempo necesario para tomar una gran decisión, e incluso, dejarse asesorar, será clave en el recorrido del proyecto.
  • No les asustan los riesgos. Tienen claro que hay que salir de la zona de confort si quieres hacer algo nuevo. Eso sí, deben ser riesgos previamente identificados para poder asumirlos, de otra forma podrán tener consecuencias no deseadas para el futuro de la compañía.
  • El fracaso no es un tabú. Los empresarios más exitosos tienen por lo menos un fracaso en su carrera profesional. La clave es verlo como un aprendizaje, no tiene nada de vergonzoso. El único que pierde es aquel que no lo intenta.
  • La pasión no está reñida con la seriedad. Hay aspectos de un negocio que no dependen de las ideas o de la inspiración, los trámites burocráticos y/o financieros hay que llevarlos con el máximo rigor posible, y los emprendedores lo saben.
  • El cliente es el centro de todo. Son conscientes de que el consumidor ha tomado un papel activo en el mercado, ya no espera a ver lo que le ofrecen, si no que exige que alguien cubra sus necesidades, y si eres el primero en satisfacerlas, probablemente seas con el que se queden para siempre.
  • Nunca creen saberlo todo. Una vez alcanzado un cierto éxito es muy fácil acomodarse. En un mundo que evoluciona tan rápido como el de hoy en día, ese puede ser el principio del fin. Un emprendedor lo sabe y no para de aprender de todo aquello que tenga cerca, y si no, lo busca.
  • Son sus propios comerciales. Su idea es el centro de su vida, y cuando se trata de convencer a alguien para invertir en ella ponen toda la carne en el asador. Nadie como ellos para abrir el camino a la financiación, si consigues que te compren a ti primero, tu idea será igual de valiosa.
  • Su red de contactos es su mayor activo. No solo los personales, que siempre suelen ser los primeros clientes y apoyos para los proyectos. Si no otros emprendedores con las mismas inquietudes, con ganas de ayudar y ser ayudados, es un círculo básico para conseguir el objetivo final.

¿Te identificas con alguna o todas de estas características? Pues ya sabes, no te lo pienses más y presenta tu proyecto a Desafío SEUR y empieza a ver cómo despega tu negocio. ¡Estamos deseando ver todas vuestras propuestas! Envía tu idea pinchando aquí.


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