El pasado 14 de noviembre fue el Día Mundial de la Diabetes y David Yera Loren lo celebró por primera vez. A sus 19 años de edad, el jugador del Futbol Emotion Zaragoza es una de las más firmes promesas de la Liga Nacional de Fútbol Sala. El ala de Tauste es un ejemplo para dirigir la atención del público hacia las causas, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta afección, que no es un impedimento para ser deportista de élite.

El lunes 6 de agosto arrancó la ‘odisea’ de David Yera. La peor pesadilla de un joven recién llegado al equipo en el que siempre quiso jugar. Un prometedor ala zurdo, que después de 3 años en ElPozo Murcia, regresaba a su tierra para jugar en el Fútbol Emotion Zaragoza. En la primera sesión física de los maños, el espigado chaval de Tauste tenía que dejar de correr a lado de sus compañeros. “Había pasado mala noche y no paraba de vomitar”, recuerda.

Fuente: LNFS

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Tras una llamada al Doctor Gorka Giraldo, el preparador físico, Héctor Gadea, decidió mandarle a casa y los jugadores más veteranos le tranquilizaron. “Venía de ser campeón de Liga en Segunda y en toda mi carrera no había dado ningún problema”, explica. En un primer diagnóstico, y a expensas de una analítica, comenzó con una dieta blanda ingiriendo bebidas isotónicas para recuperarse. Sin embargo, no mejoraba. Todo lo contrario, empeoraba y casi no se podía levantar de la cama.

Fue entonces cuando David llamó preocupado al Doctor Giraldo en el justo momento en el que el galeno del Fútbol Emotion Zaragoza revisaba los datos de sus análisis. La conclusión fue clara. “Que te lleven a Urgencias ahora mismo”, le ordenó. Sus valores de glucosa en sangre estaban disparados (416 mg/dl). Estaba sufriendo una crisis de hipoglucemia.

Yera permaneció ingresado en el Hospital una semana y perdió 8 kilos mientras los médicos consiguieron regular los niveles del azúcar en su sangre hasta valores normales (90 mg/dl). El diagnóstico era claro. David se había convertido en un Diabético tipo 1. No se puede prevenir y no hay forma alguna de predecir quién la va a desarrollar. Su páncreas había dejado de producir insulina y a partir de ahora debería convivir de por vida con inyecciones de esta hormona para controlar las concentraciones de azúcar en su sangre y tener una vida normal.

“¿Una vida normal? Yo soy jugador de fútbol sala de Primera División. ¿Podré volver a jugar?”, preguntó David Yera a los médicos. El Doctor Giraldo lo tenía claro. “Lo primero era el alta médica y luego readaptar su organismo a una nueva realidad que no le impediría practicar deporte al más alto nivel con controles médicos y siendo muy riguroso con la dieta y los horarios de comidas”.

Comenzaba así la nueva vida de David Yera llena de obstáculos que superar. Lo primero era asumir su nueva realidad con cinco inyecciones de insulina al día y lo segundo era comenzar a trabajar para recuperar la masa muscular perdida y poder ponerse al mismo ritmo que sus compañeros de equipo. Había que ir paso a paso sin perder la confianza. “Fue duro. Al principio está bajo de ánimos, pero a medida que iba progresando, cada vez estaba más convencido que la diabetes no podía impedirme nada y menos hacer deporte”.

Fuente: LNFS

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Con 19 años, David volvía a la Escuela, pero a una muy especial, de Diabetes. Un grupo de ayuda coordinado por una enfermera para enseñar a los nuevos pacientes diagnosticados por esta patología a pincharse, a controlar su glucosa o a llevar una alimentación saludable. Este internacional Sub-16 y Sub-19 quería ser capaz de tomar decisiones y aplicar correcciones en su día a día para prevenir complicaciones futuras y mejorar así su calidad de vida y retomar su carrera en la Liga Nacional de Fútbol Sala.

Por eso, paralelamente, había comenzado una carrera contrarreloj para cumplir el sueño de debutar en Primera División con el Fútbol Emotion Zaragoza. Yera ya se había estrenado en la élite de la LNFS con El Pozo Murcia en Ferrol el 16 de septiembre de 2017, pero enfundarse la elástica del equipo aragonés era su gran objetivo. Algo que se iba a demorar por la diabetes ya que tal y como le había anticipado el fisioterapeuta del equipo, Guillermo Ibáñez, “podía tener más fragilidad de cara a sufrir lesiones musculares”:

Así fue. En una primera toma de contacto durante un amistoso, sufrió una rotura del cuádriceps. Posteriormente, un esguince de tobillo en un entrenamiento y finalmente, una microrrotura en el isquiotibial. La diabetes no le daba tregua a David, pero el jugador sabía que tenía que adaptar su organismo a la nueva realidad. “Había pasado de ser un gasolina a un diésel”, explica para huir de términos médicos.

Yera tenía un espejo en el que mirarse. “Hasta que no te pasa a ti no te das cuentas de las dificultades que tienes que superar”, recuerda hablando de Francisco Paniagua, Pani, su compañero en el filial de ElPozo Murcia la pasada temporada. El ala almeriense también era diabético como él. “Para nosotros era algo normal, pero claro ahora era yo el que tenía que pincharme, tener cuidado con el azúcar, la alimentación y descansar las horas suficientes”, afirma.

Tras dos meses de lucha, el esfuerzo de David tenía su recompensa y su entrenador, Santi Herrero, le convocaba por primera vez en la tercera jornada. Nuevamente Ferrol, un año después (29 de septiembre de 2018) pero había que esperar. Yera no jugó en A Malata.

El momento por el que tanto había luchado llegó en la décima jornada. Con el 9 a la espalda, saltaba a la pista de La Salobreja para jugar frente al Jaén el 17 de noviembre, cuatro días después del Día Mundial de la Diabetes. Que mejor manera de celebrarlo que con un triunfo a domicilio y asistencia a Esteban en el gol definitivo (2-3).

Atrás quedaban semanas de incertidumbre, sufrimiento y esfuerzo. “Cuando me llamó Marcelo Almeida –segundo entrenador- para salir, me pasaron por la cabeza todas las cosas que había tenido que superar y eso me dio fuerza. Fue emocionante. Me había ganado el puesto y el entrenador confiaba en mi después de todo lo que había pasado. Ahí estaba a punto de entrar en la pista para hacer lo que más me gusta. Ahora que he debutado, no me puedo relajar”, asevera.

El Doctor Giraldo tampoco se relaja en el seguimiento de David Yera. Tras conseguir la pertinente autorización federativa para que el jugador puede inyectarse insulina (recogida en la lista de principales sustancias dopantes) cinco veces al día , además el cuerpo médico del Fútbol Emotion Zaragoza puede controlar mediante una aplicación y un parche con bluetooth, el nivel de azúcar del jugador tanto en los entrenamientos como en los partidos para poder evitar una crisis hiperglucémica  como la que desencadenó esta historia.

A lo largo de la historia ha habido muchos deportistas en la élite diabéticos. Del jugador de la NBA Chris Dudley al futbolista del Real Madrid, Nacho Fernández En la LNFS, también existen algunos precedentes como Alejandro Vega (Pontevedra, Cáceres, Ibiza o Manacor) y que en la actualidad juega en el Signor Prestito de la Serie A2 de Italia. Pero uno de los precedentes históricos de Fútbol Sala español fue otro David, Córdoba, ex jugador, entrenador y representantes de jugadores, al que le diagnosticaron con 26 años una Diabetes Tipo 1.

Su caso guarda muchos paralelismos con el de David Yera. Todo empezó en una pretemporada con Caja Toledo en 1984. “Estuve jugando durante el verano, partidos de exhibición, siempre estaba cansado y no paraba de beber agua. Cuando comenzó el trabajo físico, no podía ir al mismo ritmo que mis compañeros y me encontraba fatal”, recuerda uno de los primeros pivots que hubo en los orígenes de nuestro deporte en España.

David Córdoba nunca olvidará como supo que era diabético. “Me había hecho unos análisis y el utilero del equipo –Antonio- llamó a la tienda de mis padres en la que yo les echaba una mano. Cogí el teléfono y me dio que debía ir a ver al Doctor porque tenía leucemia. Me quedé blanco mirando a mi madre. No sabia que decir y le pedí por favor que me repitiera el diagnóstico y volvió a leerlo con más detenimiento: “Glucemia”. Me había dado el susto de mi vida. La diabetes ya no me parecía tan mala idea”, mientras rememorar una anécdota que le acompañara toda la vida.

“Conocía el caso de Vega, pero no sabía lo de Yera. A día de hoy hay muchos adelantos médicos y un chaval con 19 años con su físico y calidad, estoy seguro de que triunfará siguiendo los consejos médicos. Hace 34 años, socialmente en pleno boom de la heroína en España, que un chaval joven llevase una jeringuilla enorme encima siempre y tuviera que pincharse antes de cada comida o de jugar estaba mal visto. Mis padres sufrieron más que yo. Además, los controles eran por análisis, no como en la actualidad, que puedes saber en el momento el azúcar que tienes con un simple pinchazo en el dedo, explica.

Otro ejemplo para demostrar que  si la diabetes si se controla de forma adecuada tanto de forma autónoma como con el necesario apoyo de los especialistas médicos y se siguen unas pautas saludables en cuanto a alimentación y actividad física, no hay retos que una persona con diabetes no pueda acometer. “Ser diabético no es incompatible con el deporte al más alto nivel. No hay que darse por vencido nunca y luchar por tu sueños”, finaliza David Yera, al que le espera una larga y fructífera carrera por delante en Liga Nacional de Fútbol Sala.


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