Líderes políticos, científicos, técnicos, consultores, abogados, activistas y distintos perfiles de la sociedad civil se citan desde el 2 al 13 de diciembre en la ciudad de Madrid con motivo de la Cumbre del Clima (COP25). Se estima una participación de más de 25.000 personas, aunque las decisiones, los acuerdos y los objetivos que se extraigan de esta Cumbre afectarán a todo nuestro planeta.

Durante la primera Conferencia de las Partes, celebrada en Berlín durante el año 1995, la mayoría de países industrializados se comprometieron a llevar a cabo distintas medidas para reducir las emisiones más allá del 2000. Los objetivos cuantitativos y los plazos acordados se materializaron dos años después, en la COP3 de Japón, y recibió el nombre de Protocolo de Kioto.

El segundo de los acuerdos principales se firmó en diciembre de 2015 durante la COP21. En esta ocasión, más de 190 países se comprometieron a evitar que la temperatura media global del planeta superase los 2ºC, limitando el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC. Es el conocido como Acuerdo de París.

Sin embargo, en el marco de esta COP25 nos encontramos ante una realidad bastante diferente a la planteada en París: el incremento de la temperatura del planeta ya va por un grado y se espera que a final de siglo supere los 3ºC.

Por un lado, nos encontramos que los gobiernos de los países que firmaron el Acuerdo de París no están haciendo los deberes. De hecho, según el último informe del Global Carbon Project 2019 batirá récords en cuanto a emisiones de gases invernadero. Incluso nos encontramos que los Estados Unidos, uno de los países más contaminante pero también determinante del mundo, anuncia su retirada del Acuerdo de París.

De la otra parte, la presión social va en aumento, especialmente, liderada por los más jóvenes que instauraron cada viernes una huelga por el cambio climático con visibilidad en redes sociales a través de #FridaysForFuture. Sus razones se encuentran fundamentadas en cientos de informes científicos que reclaman medidas más ambiciosas puesto que, tal y como declaraba António Guterres, secretario general de la ONU, “ya no hay tiempo que perder”.

¿Por qué es importante la COP25?

El próximo año será clave para el cambio climático. El Acuerdo de París entra en vigor el 4 de noviembre de 2016, treinta días después de que, el 4 de octubre, se reunieran las condiciones (ratificación por al menos 55 países que representen como mínimo el 55 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero).

Aunque esta Cumbre sea mucho más teórica que la próxima (organizada en Glasgow) se sentarán las bases para cumplir con el compromiso de frenar la emisión de gases de efecto invernadero. Abandonar los combustibles fósiles, apostar por un modelo económico sostenible o la neutralidad en carbono son algunos de los temas que se debatirán en estos 12 días y que marcarán nuestro futuro.

El compromiso de SEUR y DPDgroup con el medio ambiente

Si bien todos los sectores de la sociedad deben de estar implicados en esta lucha conjunta por frenar el cambio climático, un sector como la logística y el transporte mucho más.

Desde que en 2016 DPDgroup, lanzara su estrategia global de RSC Driving Change, han sido muchas las medidas que se han ido aplicando en cada una de las compañías que lo integran.

Uno de los puntos más destacados de esta estrategia es el compromiso Carbon neutral, basado en la medición, reducción y compensación de la huella de carbono mediante el seguimiento de nuestras emisiones, la utilización de vehículos ecológicos y optimización de rutas, y la puesta en marcha de proyectos de compensación en Europa, Turquía e India.

En el año 2018, según datos de la Memoria de RSC de DPDgroup, se redujeron hasta en un 5,22 % de emisiones de CO2e, o lo que es lo mismo, 65.379 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero compensadas.

Según Julie Urban, Responsable de RSC de SEUR, «En un sector como el nuestro, el compromiso que tengamos para neutralizar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que aún no hemos reducido con nuestro plan de acción climático, es fundamental. Por ello, desde SEUR y DPDgroup estamos apoyando dos proyectos de compensación en la India y Brasil, en los que, mediante aerogeneradores y recuperación de biogás, respectivamente, generamos energía renovable en zonas rurales que hasta ahora carecían de acceso a la electricidad. De esta manera hemos neutralizado cerca de 65.000 toneladas de CO2e evitando su generación en otras partes del mundo, afrontando la amenaza del cambio climático desde una perspectiva global.”

Además, en última milla centramos el foco con Reparto Urbano Inteligente (Smart Urban Delivery), basada en un reparto responsable en las grandes aglomeraciones urbanas. Esta “responsabilidad” se compone no solo de vehículos impulsados por energías alternativas (electricidad, GNC…) o cargo-bikes, sino también de lugares donde recepcionar y enviar paquetes de una manera más cómoda para los clientes y más respetuosa con el Medio Ambiente.

Estos son, por un lado, los hubs urbanos, ‘mini-centros logísticos’ de los que parten andarines y bicicletas y, por otro, la red Pickup, locales no relacionados con la logística que realizan estas funciones de recepción y envío de paquetes mientras continúan su actividad como negocios de proximidad.

Todo ello en una clara apuesta por equilibrar el crecimiento actual del ecommerce y las diferentes tendencias con una lucha constante contra los efectos del cambio climático.


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