El MIT, siglas en inglés del Instituto de Tecnología de Massachusetts, es una fuente lo suficientemente reputada como para no necesitar presentación. Lo mismo deberíamos poder decir del MIT Center for Transportation & Logistics, un centro de estudio, dentro del propio MIT, con 50 años de experiencia en el estudio de la cadena de suministro. Desde hace más de una década, la sostenibilidad en la cadena de suministro se ha convertido en un área de estudio clave dentro del centro.

En pleno verano han presentado su informe Estado de la Cadena de Suministro – Sostenibilidad 2022 en el que merece la pena detenerse unos instantes para entresacar sus conclusiones más destacadas. La sostenibilidad en las cadenas de suministro es cada vez más relevante, siendo una pieza importante en los objetivos de sostenibilidad de las empresas. Esto significaría, en principio, que habría un mayor apoyo para las prácticas que favorecen la sostenibilidad de las cadenas de suministro dentro de las organizaciones.

Este informe anual se realiza en el CSCMP estadounidense (Consejo de Profesionales en la Gestión de la Cadena de Suministros). La investigación incluye una encuesta a nivel mundial, entrevistas semiestructuradas a ejecutivos de empresas y revisión de noticias y documentos sobre sostenibilidad. Se han recogido datos de 2019, 2020 y 2021.

La influencia de la COVID-19

Por dos años consecutivos, una abrumadora mayoría de los ejecutivos encuestados ha afirmado que, pese a la pandemia, su compromiso con la sostenibilidad de la cadena de suministro se había mantenido o incluso había aumentado.

Frente a los que ven contradicciones en estas respuestas, los autores del estudio afirman que a lo largo de los años 2020 y 2021 han visto evidencias de que se han aplicado mejoras en sostenibilidad “como una medida de gestión de riesgos y una forma de fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro”. De hecho, para algunos empresarios, la pandemia ha supuesto un desafío, por ejemplo, en forma de interrupciones en la cadena de suministros, y un acicate para trabajar mejor.

Lo que sí han visto los autores del estudio es que los esfuerzos no han sido homogéneos en todo el mundo. El compromiso con la sostenibilidad aumentó por debajo de la media en América Latina y Caribe, mientras que lo hizo por encima de la media en Asia y muy especialmente en África.

¿Quién presiona a quién?

Desde 2019 hasta 2021 los autores del estudio han apreciado cambios en cuanto a las fuentes de presión para aumentar la sostenibilidad de la cadena de suministro. La parte positiva es que, aún con cambios en su equilibrio, todas ellas aumentan sus exigencias en este ámbito a lo largo del trienio.

Los inversores, los compradores corporativos, los consumidores finales y los propios ejecutivos de las empresas reman en la misma dirección: la sostenibilidad no solo de la cadena de suministro, sino de toda la empresa. Estas presiones son como mínimo tan importantes como las que pueden imprimir organizaciones externas, como ONG de defensa medioambiental o el propio marco regulatorio. Es decir, el compromiso es real e ineludible por parte de todos.

¿Qué objetivos busca la sostenibilidad en la cadena de suministro?

De nuevo, en este ámbito, los autores del estudio también han percibido diferencias tanto en el peso de cada objetivo de año en año, como en la importancia que se le da a cada objetivo en las diferentes regiones del mundo.

Aún reconociendo que hay variaciones llamativas, en este resumen vamos simplemente a destacar las áreas temáticas más relevantes en los enfoques de las empresas (para cumplir con la sostenibilidad en las cadenas de suministro), a nivel global y durante el año 2021:

  • Bienestar y seguridad de los empleados
  • Ahorros de energía & energía renovable
  • Protección de los derechos humanos
  • Impacto en la comunidad local
  • Mitigación del cambio climático

La importancia de la tecnología y otras prácticas

Con los resultados de las encuestas a ejecutivos, al preguntar qué prácticas en favor de la sostenibilidad tenían ya en marcha, los autores del informe han “trazado” una gráfica con forma de escalera. En la base hallamos las prácticas más habituales, y según ascendemos nos encontramos prácticas que de momento usan menos empresas.

  • Así, más cerca de la base están: auditoría de proveedores, mapeo de la cadena de suministro y los códigos de conducta, tanto de la empresa como de los proveedores.
  • La colaboración de proveedores, las tecnologías de la información (TI) y las normas o certificaciones conformarían el siguiente tramo de la escalera. Menos empresas las han implementado.
  • Y en el tramo más alto de la escalera tenemos prácticas como la capacitación de proveedores, la valoración comparativa de los proveedores, la verificación de terceros, las compensaciones de carbono, las tecnologías ambientales y la colaboración con ONG y terceros.

Obviamente cualquier empresa con un interés genuino en que su cadena de suministro sea sostenible tiene que ir “escalando” por esta escalera, poniendo en marcha nuevas prácticas y aplicando nuevas tecnologías.

Imagen cabecera: Foto de Jacques Dillies en Unsplash

Tags: