Hace un par de años, eran muchos los que aseguraban que las redes sociales darían respuesta a todas las necesidades de comunicación en la Red entre empresa y cliente, de modo que otras herramientas del marketing online, sobre todo el e-mailing, tenían fecha de caducidad. Es evidente que se han equivocado. Las grandes marcas y e-commerce siguen utilizando los envíos por correo electrónico para generar demanda online, por una sencilla razón: estas campañas funcionan, siempre que estén bien planificadas e implementadas.

Por lo tanto, la cuestión no es si emplear esta estrategia, sino cómo hacerlo para que tenga éxito y cumpla la normativa. Los expertos ‘marketinianos’ nos descubren las claves para lograrlo. Veámoslas respondiendo a las preguntas básicas:

  • ¿Qué quieres conseguir con la campaña? Es el primer paso indispensable: hay que fijar los objetivos comerciales que pretendes alcanzar. ¿Hacer marca? ¿Aumentar el número de registros en tu web? ¿Actualizar tu base de datos de clientes? ¿Incrementar las ventas? El contenido, el diseño, los enlaces, los destinatarios del e-mail e incluso el presupuesto cambiarán en función de esos objetivos.
  • ¿A quién dirigirlo? Es vital contar con una base de datos de clientes y usuarios de tu web amplia y siempre actualizada. Eso se construye con tiempo y dedicación, captando tráfico hacia tu site, obteniendo registros y trabajando tu marca y tu reputación en las redes sociales.
  • ¿Qué usuarios te interesa conseguir en cada campaña? Un envío de correo no puede ser indiscriminado. Hay que segmentar, según el público que realmente te interesa: no tiene sentido mandar un mail también a hombres si es un producto para mujeres, o intentar vender música para adolescentes a usuarios que tengan más de 40 años.
  • ¿Qué debe contener el ‘asunto’ del email? O utilizas la frase correcta para llamar la atención del destinatario o ni siquiera abrirán el correo y habrás fracasado. Tiene que incluir al remitente, ser precisa y, sobre todo, crear expectativas atractivas pero nunca falsas.
  • ¿Qué mensaje y cómo lo presentamos? Vayamos por partes para responder a esta pregunta:
    • Existe una premisa esencial: el destinatario, de un primer vistazo, tiene que entender de qué se trata y cómo puede interactuar con la información que le llega. Concreción + Claridad + Llamada a la Acción (a través de un botón o un link o la apertura de un vídeo, por ejemplo).
    • Identifica perfectamente quién lo envía. Incluye en un sitio visible el nombre o el logo de tu empresa.
    • Creatividad, mucha creatividad. Lo atractivo, lo curioso, lo sorprendente o lo divertido provoca emociones, y una emoción es la mejor herramienta de captación. El límite de la creación estará en la comprensión.
    • Personaliza el mensaje para buscar la empatía. Dirígete al destinatario por su nombre.
    • Además de la llamada a la acción (CTA, call-to-action), incluye otras formas de contacto: un teléfono, un correo, una red social…
  • ¿Cómo llevar al posible cliente desde el e-mail hasta nuestra empresa? Es necesario crear una landing page (página de aterrizaje) específica para la campaña, en la que el usuario captado encuentre los detalles de lo que le hemos adelantado en el correo. Si le hemos hablado de una oferta de vacaciones en Italia, al dar al botón o al link que contiene el mensaje, no le puede remitir a la página general de ofertas de la web o, peor aún, a la Home. Le tendrá que enviar a una landing page con solo la información de esa oferta concreta a Italia.
  • ¿Cómo sabrás si la campaña ha tenido éxito? Midiendo cada uno de los pasos. Basta con incluir los códigos de tracking (seguimiento) para saber cuántos han abierto el correo, qué tráfico nos ha conducido a la landing page, cuántas conversiones (objetivos) hemos logrado y qué rentabilidad nos ha dejado la campaña (coste – conversiones).

Un último apunte, numerosas empresas ofrecen servicios de e-mail marketing (Siebel, Doppler, Graphic Mail…) y aunque requieren una inversión –mayor o menor según el número de correos que se manden–, a cambio ofrecen seguridad en el manejo de grandes bases de datos y en envíos masivos, además de su seguimiento posterior. El futuro para ellas sigue siendo muy prometedor.

Imagen: ideagirlmedia


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