Los test A/B son una de las mejores formas de cuantificar los posibles cambios a realizar en cualquier página web, especialmente landing pages y sitios de e-commerce. Se dividen en tiempo real las visitas en dos grupos y mientras el primero (A, 50%) se utiliza como grupo de control (no se muestran cambios) al segundo (B, 50%) se le muestra la nueva versión con los cambios. Pasado un tiempo prudencial se miden los resultados por separado y se comparan: eso indicará si los cambios para el grupo B son más efectivos que la propuesta original que ha visto el grupo A. Esta idea se puede aplicar a diseños e interfaz, ofertas concretas o incluso al aspecto general y las imágenes de las páginas.
La concepción correcta de un test A/B requiere resolver algunas cuestiones previas: tener suficiente tráfico, saber qué se va a probar, asegurarse que no hay un problema grave de interfaz, etc., y hacer un cálculo preciso y a priori de cuántas pruebas son necesarias. Pero también hay que ser conscientes de que hay ciertas «trampas» y problemas a evitar, entre ellas:
- No contar con datos suficientes. Cuenta la leyenda que las pruebas A/B se popularizaron cuando Amazon (o Yahoo) explicaron que realizaban pequeñas pruebas de este tipo en cuestión de horas; para estos grandes sitios resulta fácil recabar millones de datos por minuto: ratios de conversión, clics o el tamaño de las cestas en sus tiendas se definían en intervalos muy cortos tras los cambios gracias al gigantesco volumen de visitantes que recibían. Un sitio de e-commerce recién nacido o demasiado pequeño no tiene esa ventaja: tal vez lleguen unas decenas o cientos de personas cada hora, y muchos pueden no ser significativos (o quizá vengan un poco «forzados» por campañas promocionales externas). Si se hace un cambio basándose en los resultados de un test A/B con un grupo pequeño y no significativo, digamos 10 o 15 visitantes, no es lo mismo que haberlo confirmado con un grupo de 1.000 o 10.000, aunque haya que esperar más tiempo. Así que lo mejor es tirar de calculadora y tener claro antes de empezar cuánto tiempo va a ser necesario para tener datos realmente significativos. Por ejemplo con 10.000 pruebas se puede obtener un dato (fiable al 90%) de una variación del +/- 1% respecto a un ratio de conversión habitual del 5%, pero con 100 visitantes no se podrá distinguir del puro azar.
- No esperar el tiempo suficiente. Algunas pruebas tienen un efecto que se retrasa en el tiempo. Un caso típico es ofrecer un «periodo de pruebas» mayor para un producto o servicio que se está ofreciendo, por ejemplo 30 días en vez de 15 días. Es algo que seguramente hará aumentar la conversión… pero a cambio de aumentar la tasa de cancelación (churn) al cabo de 1 mes, algo que antes se definía a los 15 días. Simplemente se ha alargado en el tiempo la misma situación y la solución puede no ser efectiva.
- Dedicar demasiado tiempo a optimizar. Aunque las pruebas A/B resultan útiles como hemos visto en algunos casos puede ser una labor lenta y que requiere su tiempo. Y es más, la prueba en cuestión puede empeorar el resultado normal, haciendo bajar la conversión o las ventas. ¿Cuánto tiempo merece la pena dedicar a optimizar una landing page o un sitio de e-commerce en la práctica? La experiencia nos enseña que unas pocas horas o días son razonables pero probablemente si hablamos de varias semanas o meses podría ser mejor hacer los cambios –razonados y meditados– directamente sin muchas pruebas previas. El tiempo también es dinero, y por tanto es un factor de la ecuación.
- La voz de la gente. Steve Jobs decía que «muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas». Cuando se introduce un cambio en un diseño o interfaz, por ejemplo, las primeras reacciones suelen ser negativas: es normal que mucha gente se resista a los cambios: lo nuevo asusta, las minorías pueden vociferar (y parecer muchos) aunque la mayoría acepten los cambios gustosos y en silencio. En cambio, puede que los fríos datos de las pruebas A/B digan lo contrario de lo que se está oyendo en otros canales. Algo parecido sucede cuando se muestran publicidades y notificaciones agresivas: ¿hace la gente clic porque le gustan o muchos de esos clics son un error? En ambos casos las pruebas, los números y el «sentimiento» que llega por diversas vías pueden ser contradictorios y se requiere un buen juicio para decidir si lo mejor es lo que dicen los datos o lo que nos dicta el sentido común: discernir el verdadero valor de lo que están diciendo los visitantes y el verdadero valor de los números.
{Foto: StartupStockPhotos (CC) Pixabay}
8034774 este es mi envio. Por no tener cambios el mensajero se ha ido a buscarlo y repartir lo que tenia y no ha vuelto a darme el paquete y me ha dicho que lo iba hacer. Con lo cual esperando dos horas y sin paquete. La empresa me ha enviado un mensaje de que no se ha podido dar por estar ausente y eso es mentira. Con lo cual lo pongo en conocimiento para que se haga algo, si no hablare con la empresa de la compra para que no envie mas por seur.
Hola Orlando: Disculpa las molestias. Para ver qué sucede envíanos por favor un MD a twitter.com/SEUR_responde. Un saludo