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Nuevos medios de transporte, gadgets y complementos para movernos por la ciudad nos hacen a veces olvidarnos de lo más básico: caminar. ¿Puede haber algo mejor? No solo permite integrarse mejor con el ritmo, aspecto y humanidad de las ciudades; al mismo tiempo es ecológico, no contaminante y ahorra energía y además nos mantiene en forma, tanto física como mentalmente. Un ingeniero del Media Lab del MIT, Dhairya Dand, ha sido capaz de «darle una vuelta» a este primitivo método de desplazamiento en un trabajo que presentó en la Semana del Diseño de Tokyo 2013: unos superzapatos.

Estos superzapatos son simples en cuanto a la tecnología que usan pero poderosos como concepto y también en la práctica. Lo primero que llevan son unos mecanismos vibrantes que producen «cosquillas» en los dedos, fáciles de reconocer. También llevan un sensor para detectar el caminar de la persona, un microprocesador y una batería. Todo va encapsulado en una plantilla flexible que se puede cambiar de unos zapatos a otros fácilmente.

Los superzapatos se conectan vía Bluetooth al teléfono móvil, que es donde está la verdadera «inteligencia» del sistema. Desde allí se envían «órdenes» al usuario, mediante cosquillas. Cosquillas en el pie derecho = girar a la derecha. Cosquillas en el izquierdo = girar a la izquierda. Cosquillas en ambos pies = recomendación. Cosquillas de forma continua = recordatorio. De este modo y de una forma fácil el usuario sabe lo que ha de hacer en cada momento tras haber programado una ruta en el móvil o cuando recibe información directamente gracias a los datos que ha almacenado.

Además de estas funciones básicas los superzapatos son más «inteligentes» de lo que parecen. Pueden hacer recomendaciones, basándose en los gustos del usuario: música, restaurantes o películas. Pueden sugerir sitios interesantes: teatros, parques o museos. Y pueden avisar de eventos importantes tales como citas, reuniones o recordatorios. Una especialmente interesante son los recordatorios dependientes de la ubicación, porque, ¿qué mejor momento que recordarte que compres el pan que cuando pasas cerca de la panadería de vuelta del trabajo?

Además de todo esto el software de los superzapatos está programado para detectar cuándo hay una pausa en la actividad, cuándo se necesita descansar o hacer un poco de ejercicio, de modo que a veces «ordena» al usuario salir a estirar las piernas porque es el momento más adecuado. En esos casos se emplean fórmulas más complicadas para llevarlo a descubrir nuevos sitios, quizá yendo por rutas que son del gusto de la persona y evitando zonas que no le gustan, hasta llegar a esos «sitios interesantes». Entre otras opciones están los «tours guiados», los paseitos relajantes dependiendo de los huecos en la agenda y la navegación por la ciudad en las horas puntas.

Dice el creador de este prototipo que además ha comprobado que los usuarios que llevan puestos los superzapatos acaban desarrollando una especie de «sexto sentido» al cabo de algunas semanas, confiando en sus zapatos como lo harían en sus ojos o sus oídos. Debe ser que el cerebro se adapta pronto a los gadgets inteligentes y a los nuevos «superpoderes», vengan de donde vengan.