City blocks (CC) Connie Ma @ Flickr

Una idea sobre organización del tráfico en la ciudad permite a Barcelona aprovechar mejor su entramado callejero a favor de los peatones y viviendas y recuperar zonas verdes. Es el concepto de supermanzana que, tal y como comentan en la revista de urbanismo WebUrbanist, puede rescatar a una gran ciudad de los problemas del tráfico rodado excesivo y hacer de la esta un lugar más ecológico y también menos contaminante.

Si un bloque de manzana normal suele tener unos 80 o 100 metros de lado, las supermanzanas son básicamente la agrupación de varias manzanas en una zona de 400 por 400 metros que queda protegida del tráfico rodado principal. Esto se consigue priorizando su interior para los peatones y limitando el tráfico y el aparcamiento (con límites de velocidad a 10 km/h y «solo para residentes»). Como es natural, se sigue permitiendo el transporte de carga/descarga pero al mismo tiempo las calles se convierten en lugares más «amables» para métodos de transporte alternativos: bicicletas, patinadores o diversos tipos de patines eléctricos – que además no resultan tan intrusivos al disponer de una zona de tránsito más amplia.

Supermanzanas

El tráfico principal «rodea» limpiamente las supermanzanas, pero el propio concepto (menos tráfico, más lento) mejora la calidad del aire en el interior, permite mayores zonas peatonales y de arbolado y menos ruidos, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para los vecinos.

La idea de las supermanzanas se está utilizando con éxito en Barcelona en el distrito 22@, en Gràcia y también en Viladecans y El Prat. En otros lugares, como A Coruña, Ferrol o Vitoria-Gasteiz también ha triunfado. En Barcelona capital una ampliación de este plan permitiría liberar 160 cruces más para que sus principales usuarios fueran los peatones.

Eso sí: diseñar una supermanzana tiene sus complicaciones e implica gastos. Además de los cambios que hay que realizar en calzadas y aceras también hay que modificar la señalización y, en muchos casos, cambiar los sentidos de algunas de las calles interiores y de las limítrofes. Esto puede ser una pesadilla durante algún tiempo tras el cambio – por no hablar de la «locura de los mapas y callejeros». Pero por las experiencias ya realizadas el resultado parece una idea correcta y funcional.

{Foto: City blocks (CC) Connie Ma @ Flickr}


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