Debido a la pandemia global del coronavirus, empresas de todo el mundo están utilizando el concepto Zero Contact para llevar a cabo su actividad adaptada a los nuevos tiempos. Esto es debido a que las principales vías de transmisión de la Covid-19 son las gotículas de la tos y los estornudos que se producen en el entorno inmediato de una persona infectada. Tal como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), «el virus de la COVID-19 se puede contagiar por contacto directo con una persona infectada y, de forma indirecta, por contacto con superficies que se encuentren en su entorno inmediato o con objetos que haya utilizado».

ContactacLessCardEsta necesidad de no establecer contacto con personas ni objetos, o al menos minimizarlo en todo lo posible, está propiciando nuevas formas de interactuación entre clientes y profesionales, así como en las entregas de paquetes y objetos. Tal y como expuso la revista Forbes es algo que está llevando a las empresas a recuperar los antiguos carteles de «Por favor, no tocar».

En cuanto a los envíos de paquetería, algunas cosas ya están cambiando y se verán potenciadas en el futuro:

  • El uso de los lockers como los de la red SEUR Pickup, puntos de recogida cercanos donde cualquier persona puede recibir sus paquetes si por alguna razón no está en casa. Los transportistas, además, respetan un protocolo de seguridad de modo que los clientes puedan ir a esos puntos con la confianza de que todo esté libre de virus (cuya permanencia, por otro lado, no supera en ese entorno las 48-72 horas).
  • Para atraer clientes, hay tiendas que se ofrecen como puntos de entrega Pickup, algo que les resulta fácil y seguro y que permite aumentar la circulación de clientes. Estos puntos, al igual que las propias tiendas SEUR, siempre respetan las medidas de seguridad incluyendo las limitaciones de aforo, uso de material de protección, distancia mínima de seguridad, etcétera.
  • Entregas robóticas. Aunque todavía siguen en fase experimental, de pruebas o como proyectos piloto de ámbito reducido, cada vez es más habitual ver vehículos robóticos que realizan las entregas a domicilio o llegando a puntos de reparto en barrios en muchos países del mundo, especialmente para la entrega de alimentos y productos frescos.
  • En todo tipo de tiendas y locales la fórmula de pedir, pagar y recoger se está fomentando como una forma de evitar el contacto: los pedidos se pueden hacer online, el pago se puede realizar desde la web o una app y simplemente hay que acercarse para recoger el pedido. En España esta fórmula la han utilizado durante los meses más complicados del confinamiento algunos supermercados que, al verse superados por la inmensa cantidad de pedidos a domicilio, permitían a la gente recogerlos en su propio coche. En algunos casos eran los propios empleados de la tienda quienes metían las bolsas en el maletero del coche para evitar cualquier contacto.
  • Tarjetas de pago sin contacto. Si esto ya era una tendencia promovida por muchos bancos, la necesidad de evitar «tocar botones» para introducir el PIN ha hecho que lo contactless sea cada vez más recomendado. De hecho los bancos aumentaron los límites de las tarjetas para este tipo de pagos y en el transporte público de algunas ciudades (como Madrid) ha supuesto acelerar la implantación del pago con tarjeta/móvil: los autobuses, por ejemplo, ya no admiten dinero en efectivo; hay que utilizar la tarjeta del abono transportes, una tarjeta de crédito sin contacto o el móvil / smartwatch.

Con este nuevo panorama se está produciendo un curioso fenómeno: muchos de estos cambios, que la industria esperaba ver en los próximos años, se han acelerado. Hay servicios y nuevos protocolos que se han tenido que renovar en cuestión de semanas, haciéndolo de forma muy efectiva. Y lo mejor de todo es que están aquí para quedarse.

{Imagen (CC) Pixabay


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