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Suele decirse que tener ideas es fácil y que lo difícil es ejecutarlas. Y si bien es cierto que sin una buena idea poco hay que hacer, también lo es que una vez tomada la decisión de desarrollarla en una startup todo puede parecer muy complicado al principio. Por eso es importante recordar que hay muchas formas de dar a conocer la startup dignamente, pero también de forma económica, sin tener que invertir grandes sumas de dinero en grandes desarrollos, campañas de márketing o contratar equipos.

Algunas ideas básicas son las siguientes:

  • Una web decente. Cualquier relación de negocios de la empresa pasará porque o bien los clientes o bien los socios lleguen a la página web a interactuar o buscar información en algún momento. No hace falta contar con una web de última generación ni con infinidad de contenidos, pero es el lugar en que centralizar el acceso a un montón de información que en un momento dado puede ser útil para clientes, medios de información o posibles socios.
  • Presencia en redes sociales. Estar en Twitter, Facebook, Instagram es gratis, así que no hay excusa. Dependiendo del negocio serán más importantes unas redes que otras, pero ninguna tienda de ropa querría no estar en Instagram y ninguna publicación temática no tener una mínima presencia en Twitter o Facebook.
  • Presentaciones. Hay un montón de tutoriales e incluso cursos sobre cómo crear la presentación corporativa perfecta, pero para abreviar lo mejor es tener siempre a mano al menos dos versión, de diferente duración: una más completa que se pueda revisar en 30 o 45 minutos –con más detalles sobre el negocio– y otra de no más de 5 o 10 minutos que en unos pantallazos resuma lo más relevante. La razón es que nunca sabe cuál se va a poder necesitar, y tener ambas alternativas resulta muy conveniente. También hay que decidir si al menos la versión reducida puede pública y descargable desde la web. A partir de ese momento, lo más importante es mantener ambas actualizadas con los últimos datos relevantes.
  • Vídeos explicativos. Dicen que hoy en día es difícil captar la atención de la gente con largos textos, presentaciones o webs demasiado profundas. Por eso conviene preparar al menos un vídeo explicativo del producto o servicio que comercialice la empresa. No hace falta que sea superprofesional, pero sí que esté correctamente grabado (iluminación y, sobre todo, sonido) y que no ocupe más de 3 minutos. Sería un lugar donde invertir bien algo de dinero, si acaso se trata de vender un único producto y esto va a ser la principal «tarjeta de presentación» durante meses. Si la startup se dedica a algo complejo y «difícil de explicar» se puede recurrir a la alternativa de las infografías animadas, que siempre son más fáciles de entender. Luego basta ponerlo todo en un canal de YouTube, donde es fácil que cualquiera lo comparta. Si es posible se pueden hacer también dos versiones: corta y larga.
  • Infografías. Si hay algún aspecto del negocio que permita crear infografías con datos relevantes de forma visual, es una gran inversión. Esto puede utilizarse tanto para publicar en la web o el blog de la empresa (un blog es muy fácil de mantener) como para compartir en las redes sociales – y a veces se obtiene un «efecto viral» inesperado que ayuda a promocionar el proyecto. Muchos medios preferirán publicar una infografía que tener que analizar y reescribir una nota de prensa, así que también es una forma de llegar a ellos más fácilmente.
  • Una pequeña base de datos de prensa. Revisando los medios más relevantes de cada sector es fácil crear una pequeña base de datos a la que empezar a enviar mailings con las novedades de la empresa, quizá una vez al mes, o a la semana. El primer contacto puede hacerse por teléfono (para localizar a la persona o equipo adecuados) y luego ya por correo. Enviar la información masivamente o con demasiada frecuencia puede ser contraproducente (y un trabajo excesivo), así que mejor ser comedidos y «afinar el tiro».
  • Una app. Este es quizá el punto más crítico, pues si la startup va a tener una presencia importante en los smartphones la app será parte del producto o servicio es algo que habla por sí mismo. Pero si no lo es, ¿por qué necesita una app? La razón es que más de la mitad de la gente accede hoy en día a la web (o «a Internet», en general) a través del smartphone, y la forma más cómoda de hacerlo suele ser con una app dedicada (pero ojo: no siempre, a veces realmente no tiene sentido desarrollar una app, hay que usar el sentido común). Se puede utilizar un servicio como ¿Cuánto cuesta una app? para conocer el coste aproximado, dependiendo del objetivo del negocio. Pista: entre  3.500 y 18.000€ según la complejidad de lo que se quiera transmitir.

{Foto: Štefan Štefančík @ Unsplash}


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