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Entre quince y veinte años: ese es el plazo que están planteando quienes proponen un ambicioso proyecto que revolucionaría la movilidad en una de las grandes ciudades europeas: Hamburgo. El plan se resume en tres términos: cero coches, más transportes alternativos y una ciudad más verde.

El proyecto se llama Grüenes-Netz (literalmente, Red Verde) y aprovecha el peculiar hecho de que más o menos el 40% de la superficie urbana (unas 17.000 hectáreas) de Hamburgo son zonas verdes, a diferencia de otras ciudades europeas. Por situarnos, cabe recordar que estamos hablando de la segunda ciudad de Alemania, con casi dos millones de habitantes. Es algo así como si en España planteáramos dentro de unos años, ver una Barcelona sin coches, únicamente con bicicletas y transportes públicos.

Los cerca de 30 urbanistas y diseñadores que están trabajando en el proyecto de forma independiente plantean que entre 2034 y 2040 la huella de carbono de la ciudad sea «neutral» en cuanto a sus emisiones. Esto requeriría mejorar la infraestructura de transportes públicos y lograr que más gente utilizara las bicicletas y otros medios de transporte alternativos: eléctricos, patines o cualquier otra cosa imaginable, además de andar o correr, los más ecológicos y saludables de todos. En el centro de la ciudad estarían prohibidos los vehículos, excepto los de transporte público.

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Parte de este proyecto tiene que ver con proteger a la ciudad de los efectos del cambio climático: las temperaturas han subido notablemente en los últimos años y la ciudad ha realizado una gran inversión para protegerse de un eventual aumento de los niveles del mar – que en los últimos 50 o 60 años se ha elevado unos 20 centímetros. Si se mantuvieran las previsiones de los expertos, es posible que en el año 2100 el agua hubiera subido entre 30 y 110 centímetros más, inundando buena parte de la ciudad.

En otras ciudades alemanas como Friburgo se han realizado algunos experimentos similares, pero a menor escala. Allí, la llamada Vauban prohibe el paso a los vehículos a motor; los que tienen un vehículo en propiedad han de aparcarlo en las afueras, en aparcamientos de larga duración especiales para ellos. En Hamburgo hay dos núcleos principales de transporte público (uno al norte y otro al sur) pero están perfectamente comunicados entre sí, de modo que ese es otro argumento a favor de quienes abogan por eliminar los coches.

La batalla actualmente está entre las dos formas de entender la ciudad: una, como un entorno personal y tranquilo en el que pasear, moverse en bicicleta y practicar los deportes acuáticos, frente a quienes consideran que no se pueden dejar de lado los aspectos económicos, de negocios y desarrollo del tejido empresarial de la ciudad con todo lo que ello supone. Sin duda, muchas otras ciudades de todo el mundo aprenderán mucho de cómo se desarrollen en la ciudad alemana los acontecimientos.

{Foto: Red Ghost Car (CC) Mark Michaelis @ Flickr}


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